Gregorio Manzano, en una imagen captada en la ciudad deportiva de Son Bibiloni. Foto: MONSERRAT

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Abril es el mes de la salvación. El Mallorca, que pese a los buenos resultados de esta segunda vuelta sigue sin distanciarse de la zona roja, escenificará cinco enfrentamientos clave en un plazo de cuatro semanas y para que el balance definitivo cuadre debería apalabrar la permanencia antes de que el calendario cambie de página. Si el equipo llega a mayo con algún asunto pendiente tendrá que resolverlo ante la burguesía de la Liga ya que, además del Getafe, los baleares tendrán que poner a prueba sus nervios frente a Sevilla, Barcelona, Real Madrid y Villarreal.

Bilbao será el nuevo punto de partida para un Mallorca que se está especializando en partidos de una única dirección. Después de ascender con cierto éxito las rampas que planteaba el Everest de la permanencia (Sporting, Betis y Espanyol), los de Manzano se encuentran ahora con otro desafío a gran escala. Y la primera etapa le llevará a San Mamés, donde le aguarda un rival asfixiado por los números. El Athletic, que lleva siete jornadas sin ganar y cuatro sin añadir un sólo punto a su cuenta, necesita vencer para recuperar el pulso en la Liga. No hay ninguna otra posibilidad. Los jugadores rojiblancos ya han empezado a preparar el combate y cargarán sobre los hombros de su afición casi todo el peso de la jornada.

Al salir de Bilbao, el Mallorca volverá a refugiarse en su base de operaciones con la idea de seguir trepando en la clasificación. Entonces desfilará por Son Moix un Almería involucrado también en la batalla por la supervivencia. Y el objetivo en ese caso será doble. Además de atar el triunfo, los bermellones intentarán hacerle un nudo al golaverage compensando el 2-1 que se redactó en terreno rojiblanco.

A partir de ese momento, el Mallorca se encontrará con tres curvas consecutivas. La primera (19 de abril) le llevará a La Rosaleda, un escenario propicio en la Copa (el Mallorca cimentó allí su clasificación para octavos a finales de octubre) en el que chocará contra la gran revelación del campeonato. El hecho de no medirse a un adversario directo podría facilitarle el trabajo, aunque los números de los andaluces no invitan precisamente a relajarse.

Sin tiempo para digerir lo que ocurra en Málaga, los rojillos recibirán tres días después (miércoles 22) al Valladolid en un duelo liberado de la angustia que tendrá el último compromiso de abril frente al Recreativo (día 26).

Con el mes de mayo llegarán las últimas oportunidades. Después del día 3, tras la visita del Getafe al ONO Estadi, se habrá acabado el campeonato del Mallorca, al que sólo le faltará por medirse a los grandes. «Jugamos una Liga de 34 jornadas», señalaba hace poco Gregorio Manzano al respecto para subrayar todo lo que vendrá después: Sevilla (día 10 de mayo), Barcelona (día 17), Real Madrid (día 24) y Villarreal (día 31). De esta forma, el Mallorca tiene un mes para acabar con el papeleo de la permanencia y evitarse los sobresaltos de última hora. Las buenas sensaciones que ha emitido en los últimos tiempos representan por el momento su aval más fiable y si consigue alargarlas unas semanas seguro que lo acaba consiguiendo.