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Lo único que sirve es la victoria. Y si alguien lo dudaba, Gregorio Manzano vuelve a subrayarlo. El Mallorca se juega este fin de semana media permanencia y su entrenador ha alargado el discurso más repetido últimamente entre los muros de Son Bibiloni. El jienense no quiere ni plantearse otra posibilidad y le he recordado a sus jugadores que ahora mismo todo pasa por Soria. «Hay que ganar, sí o sí». Más claro, imposible.

El equipo bermellón lleva toda la semana preparando su asalto a Los Pajaritos como si se tratara de una gran final. «Tenemos que ganar y eso es lo que le he dicho a los jugadores y lo que repetiré el domingo antes de salir hacia el campo», explica el técnico. «No nos vale empatar en Soria, para nada», repite.

Manzano ha querido cerrar filas en torno al objetivo de la salvación y aclaró ante los medios que no hay ningún futbolista del vestuario al que le falte tensión. «Todo sabemos lo que nos jugamos, desde el presidente hasta el último empleado del club», argumenta. «Está en juego un campeonato y no hay nadie que escurra el bulto. Vamos a dedicar todo nuestro esfuerzo, compromiso y responsabilidad a que el Mallorca se mantenga en Primera. Y en el vestuario no he apreciado ningún síntoma de que se dé por perdida la categoría».

El preparador andaluz sabe que en Los Pajaritos le espera un encuentro «duro, físico, táctico y de mucho contacto» y ante eso, reclama que aflore «la calidad de los mejores jugadores del Mallorca». Según el propio técnico, «hay tres puntos para dos rivales directos que tendrán un valor fuera de lo normal y el que los consiga obtendrá una inyección notable de cara a la permanencia». Sin embargo, matiza que lo ocurra mañana «no será definitivo porque faltan quince jornadas por disputar». Además, recuerda que pese a que su grupo sigue caminando entre el barro, tiene a su lado a otros rivales: «Si hubiéramos ganado, ahora pensaríamos en alcanzar a los que ahora tienen 24 puntos, pero no es así. Ahora queremos sacar la cabeza de los puestos de descenso y mirar hacia adelante. Nos jugamos lo mismo que todos los que están ahí abajo».

Lo que sí observa Manzano es una dosis de angustia que está condicionando el esfuerzo del Mallorca sobre el campo. «Hay que ponerlo todo, pero con cabeza, ya que el trabajo, cuando se hace con ansiedad, no da sus frutos», relata. «Nos pasó contra el Deportivo y tenemos que evitarlo. Hay que saber terminar el trabajo, jugar con el marcador a favor. Pero eso es culpa de la maldita clasificación, que hace que aparezcan los nervios y que los jugadores pierdan el control».

A la hora de dirigir sus comentarios, Manzano defiende el papel que juegan algunos futbolistas en el vestario en una situación tan incómoda como la actual: «Los veteranos están ahí, dando la cara en el vestuario e intentando guiar a otros jugadores. Nadie ha dado un paso atrás ni ha tirado la toalla. Nadie duda de ellos. Ni de Nunes, ni de Martí, ni de Arango, ni de nadie. Ellos son los que deben intentar dar ejemplo y puedo asegurar que lo hacen».

El nombre de Arango también está sobre la mesa. El venezolano está cuajando su peor temporada como futbolista del Mallorca y se ha convertido en uno de los objetivos de la grada del ONO Estadi, que sigue esperando su vuelta. En esa dirección, Manzano recuerda que «cuando se le pide más a un jugador de nivel es porque se le ha visto dar más de sí. Y Arango no es un jugador cualquiera. Es el segundo máximo goleador de la historia del club por detrás de Etoo y hasta el momento no ha marcado todos los que hubiéramos querido. Como cualquier futbolista, tiene días buenos y malos, pero le pedimos más regularidad. Conocemos sus altibajos, que nos sorprenden, y echamos en falta sus goles», señala. A su vez añade que no le temblará el pulso si tiene que apartarle del once inicial: «No soy dudoso y otras temporadas ya ha empezado algún partido como suplente. Y si no está bien podría irse al banquillo, como cualquier otro».

Uno de los temas más recurrentes de la semana ha sido el frío que podría encontrarse mañana el equipo en la capital soriana. A Manzano no le inquieta, ya que su único deseo es que el Mallorca vuelva a puntuar a domicilio: «Hemos entrenado toda la semana con frío y no nos preocupa. Hay que adaptarse a lo que sea, me da igual, lo importante es ganar. En cuanto a su campo, estará abarrotado porque ellos están fraguando la permanencia en casa, donde han sumado 17 de los 20 puntos que tienen. Es un equipo al que, como nosotros, le cuesta sumar como visitante. Tenemos que demostrar que no se nos ha olvidado ganar fuera de casa».

Con respecto a los árbitros, el técnico repitió que ya ha avisado a sus jugadores de cuál debe ser su comportamiento sobre el campo. «Está todo dicho y avisado. Hay que olvidarse del tema, pero en el césped, a doscientos por hora, es duro soportar algunas decisiones».

Acerca de su futuro en el banquillo bermellón, Manzano confesó que no le preocupa: «No me veo en el punto de mira, para nada. Sé cuál es mi responsabilidad y estoy preparado para lo bueno y lo malo».

Sergio Kresic, por su parte, también va a exprimir sus armas y reclamó ayer que el Numancia debe sentirse bien arropado ante la visita balear. «Ellos hablan de una final y para nosotros es también un partido importante», apunta en voz alta.

Arropados
El entrenador del equipo soriano destaca que «en estos partidos es muy importante que los jugadores se sientan arropados y darles un empuje a favor para que la adrenalina suba más y haga un esfuerzo mayor para conseguir la victoria».