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Miguel LuengoMELBOURNE

Doce años después de que Carlos Moyà luchara en la final del Open de Australia, el tenis español tendrá de nuevo un jugador en busca del título, bien Rafael Nadal, o Fernando Verdasco, ya que los dos completaron ayer una jornada estelar al vencer en un doble duelo a Francia. Nadal se deshizo de Gilles Simon por 6-2, 7-5 y 7-5 en dos horas y 28 minutos, mientras que Verdasco ajustició a Jo-Wilfried Tsonga por 7-6 (2), 3-6, 6-3 y 6-2 en dos horas y 48 minutos.

Nadal y Verdasco se verán las caras mañana y ya conocerán el nombre del primera finalista antes de entrar en juego, por lo que seguro que intercambiarán opiniones al respecto. Los dos son zurdos y compañeros de Copa Davis. En el vestuario, tras ganar Verdasco a Tsonga, Nadal fue uno de los primeros en felicitarle. Pero el viernes en la pista será otra cosa porque el de Manacor le ha vencido en seis ocasiones, cediendo un sólo set y destrozándole el año pasado en Roland Garros por 6-1, 6-0 y 6-2.

Nadal no ha cedido ni un set en Melbourne y Verdasco tiene la moral por las nubes tras ganar a rivales como Stepanek, Murray o Tsonga habiendo traspasado la barrera de cuartos e ingresado en el top ten. El número uno del mundo derrotó ayer en tres sets a Simon en uno de los partidos más duros que el mallorquín ha jugado este año en Melbourne, ya que el tenista de Niza corrió y corrió sin parar, haciendo que el número uno pusiese todo el peso en la bola, para esperarle a la contra y enviarle misiles después.

Y en esa estrategia se desarrolló el encuentro, disputado con el techo cerrado en la Rod Laver Arena, porque afuera la temperatura era insoportable. Nadal perdió su saque en tres ocasiones, pero al ir casi siempre por delante no le costó devolver la moneda a su rival casi a continuación y romperle en siete ocasiones. Simon, que le venció el pasado año en Madrid, incomodó demasiado su juego y llevó al número uno del mundo a intercambios interminables, para intentar su fallo. Pero al final la suma de errores no forzados pesó más en el bando del francés, 41 por 24 de Nadal, que se colocó en semifinales sudando más que en las rondas anteriores, pero con la misma confianza.

Antes, Verdasco había exhibido talento y fuerza para doblegar a Tsonga, finalista el pasado año. El tenista madrileño, crecido desde su papel protagonista en la final de la Copa Davis que ganó España a Argentina gracias a un potente servicio, dio buena cuienta de unas piernas aceradas y de una cabeza siempre en su sitio que le permite no ahogarse por más que el peligro asome. Fernando no se amilanó ante la beligerante figura del francés, verdugo de Nadal en las semifinales anteriores, y basando su juego en un servicio excepcional logró su mejor resultado en un Grand Slam.

«Fer» es ya el sexto español que ha logrado las semifinales en el Abierto de Australia tras Juan Gisbert, Andrés Gimeno, Carlos Moyà, Juan Carlos Ferrero y Rafael Nadal. Los tres primeros han sido los únicos que han alcanzado la final aquí, con Gisbert (1968), Gimeno (1969) y Moyá (1997), pero en el palmarés no figura raqueta hispana alguna como campeón.

Mucha culpa de que Verdasco ocupe ahora ya un puesto en semifinales se debió al saque, con el que anotó siete directos, el último para cerrar el partido. Tsonga sólo logró romperle dos veces y tuvo 13 ocasiones, mientras que Verdasco fue más certero, al confirmar cuatro de cuatro.

En la otra semifinal masculina, que se disputa hoy a partir de las 9.30, lucharán Andy Roddick y Roger Federer. Tras los triunfos logrados en 2003, 2004 y 2007, el helvético espera reeditar nuevos éxitos (9.30 horas) ante, probablemente, uno de sus rivales más propicios para ello. No en vano, ambos ya se vieron las caras en la misma ronda del torneo aussie en 2007 con arrolladora victoria (6-4, 6-0 y 6-2) para el suizo.