Tras despedirse de la presidencia del Real Mallorca en 2005, Mateu Alemany volvió a sentarse ayer en la sala de prensa del ONO Estadi.

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Tolo Jaume El abogado mallorquín dispone desde ayer de una opción de compra que vence el 15 de julio y valorada en 1'5 millones de euros por la que tiene la capacidad y la misión de vender las acciones de Grande liderando un proyecto de seis meses que culminará con una nueva propiedad. Desde hoy ya no quiere oír hablar de venta, porque ante todo quiere garantizar el futuro.

«Mi regreso responde a aspectos emocionales porque nunca me había planteado volver, pero es evidente que la situación objetiva del club es muy preocupante y ha provocado una gran alarma social. Llamaron a mi puerta los administradores y Joaquín García y mi condición imprescindible para volver era el final de la etapa de Vicenç Grande. Se cierra una época que la historia se encargará de valorar y empieza un proyecto de transición», manifestó Alemany en su regreso a la misma silla desde la que se despidió de la presidencia en 2005.

Esbozando una sonrisa y junto al abogado Joan Buades se presentó Alemany como el primer sorprendido por su vuelta a la sala de prensa del ONO Estadi, aunque también precisó que «estaba en deuda con el Mallorca porque aquí viví los mejores años de mi vida profesional y quizás ha llegado el día de saldar la deuda».

Para zanjar las dudas sobre la situación en la que queda Grande en el Real Mallorca, Alemany explicó que «a efectos prácticos es como si hubiera vendido irrevocablemente. En el momento que se ejecute la venta la cantidad irá a la masa concursal, pero su vinculación es nula y yo nombraré un consejo de administración sobre el que recaerá el poder decisorio. Es como si existiera una nueva propiedad». Con el término automovilístico de «stop and go» el nuevo mandatario bermellón calificó de «día cero» su vuelta a la poltrona presidencial. Alemany aseguró que el concurso de acreedores de la SAD balear es un escenario que no se contempla a pesar de afirmar que «el futuro del Mallorca está en entredicho».

El flamante presidente mallorquinista enumeró entre los principales problemas que atraviesa la SAD balear «una crisis institucional grave, un rechazo social que se refleja en la caída de la asistencia, falta de credibilidad y relaciones institucionales, una situación deportiva que no nos deja dormir tranquilos y una situación económica grave». Hoy mismo empieza una auditoría en los despachos de Son Moix, pero la agenda de trabajo de Alemany también contempla como prioridades «estabilizar la situación enconómica dentro de lo posible para derivar en un plan de viabilidad que tenga como objetivo final garantizar la estabilidad y el futuro de la entidad».

Un futuro que pasa por un nuevo propietario, aunque Alemany, que será el encargado de encontrarlo, advierte de la necesidad de aparcar el proceso hasta que finalice la temporada. «Las ventas se acabaron. Ahora hay personas para preparar el club para que esté en condiciones de encontrar una propiedad sólida para resistir», sentenció el nuevo presidente. Además, también añadió que «el club tiene que estar vendido antes del 15 de julio y a lo mejor hay que recurrir a los amigos de la otra vez, pero hasta entonces hay tiempo para preparar el plan de viabilidad. Hay que reorganizar la entidad para encontrar un comprador serio como ya se hizo en 2003, pero no tengo voluntad de permanecer».

Tras su brillante paso por el club, Mateu Alemany es consciente del riesgo que supone volver en esta situación y al respecto comenta que «el riesgo está asumido y también es un argumento para que la gente arriesgue. Espero que se incorpore mucha gente y confío en su implicación».

Credibilidad
El «entorno favorable» que persigue Alemany para que el equipo logre sus objetivos y reine la estabilidad en los despachos contará con «el trabajo, seriedad, implicación, dedicación y exigencia» que prometió el máximo responsable del club, al que pretende «estabilizar».

Tras hacer hincapié en la parcela económica, institucional y social, Alemany opinó que «la situación deportiva es preocupante, pero quedan veinte jornadas. La dinámica no es buena y necesitamos darnos prisa porque se hace complicado. Ahora hay una situación diferente y trabajaremos para lograr un entorno favorable para ayudar al equipo». En cualquier caso, manifestó que se presume complicado incorporar nuevos efectivos y abogó por un antídoto que pasa por «un club con un comportamiento diferente y una interlocución con los profesionales también diferente que contribuya a que el entorno ayude. Espero que el equipo rinda». Y es que fichar parece difícil: «El mercado de invierno es muy complicado porque los precios están desfasados y la situación económica no ayuda, pero el tema deportivo pasa por estabilizar el club con un entorno positivo», explicó Alemany.

La posición crítica de Mateu Alemany con el Consejo Superior de Deportes (CSD) por la benevolencia del organismo con los desmanes electorales de Àngel María Villar al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) plantea dudas sobre la equidistancia arbitral. La oposición ejercida por el presidente a través de la Plataforma «Federación de Todos» contra Villar no debería influir en el quehacer de los árbitros según el propio mandatario rojillo.