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Joaquín García, presidente interino del Real Mallorca, ha asumido personalmente las negociaciones para que Mateu Alemany Font vuelva a los despachos de la SAD balear. Los contacos se iniciaron pocos días después de que García asumiera provisionalmente el liderazgo del club y su resolución parece haber quedado únicamente supeditada a que la propiedad acepte las condiciones que ha establecido el antiguo mandatario. Alemany quiere poder absoluto y ahora la pelota está sobre el tejado de Grande.

Joaquín García, que en su primer y única comparecencia ante los medios de comunicación calificó a Mateu Alemany como «el presidente idóneo para el Mallorca», intenta ahora convencer a Grande y zanjar el asunto de su relevo en la poltrona del club.

Esta operación está siendo seguida muy de cerca por la administración concursal, que a día de hoy no contempla otra posibilidad. Durante la reunión mantenida en diciembre en el bufete Buades "celebrada apenas 24 horas antes de la convocatoria del consejo de administración que invistió presidente a García" se alcanzó el acuerdo tácito de facilitar el regreso de Alemany. Y Joaquín García está actuando en consecuencia.

Si el silencioso trabajo que está desarrollando Joaquín García surte efecto, Mateu Alemany ocuparía la presidente del Mallorca y disfrutaría de poder absoluto para nombrar un nuevo consejo de administración. Aparentemente, su llegada frenaría en seco la crisis institucional en la que se encuentra inmerso el club.