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Fernando Fernández Ganar. Esa es la única consigna que puebla el vestuario de un Bàsquet Mallorca que regresa a su centro de operaciones (21 horas) para afrontar un partido peligroso. La entidad del adversario, un Beirasar Rosalía hundido en la tabla (1-14) tras acumular once derrotas consecutivas, la última contundente (61-100 ante el Axarquía), puede disparar la euforia, pero los gallegos se han movido en el mercado y Harry Taylor puede ser decisivo desde el perímetro para los santiagueses, los peores anotadores del torneo (70 puntos por partido), pero que acumulan buenas dosis de experiencia en su plantel con los Legasa, Montañana (ex Inca) o Jordi Vallmajó, aunque son víctimas de los problemas económicos que castigan a la entidad gallega, que se han trasladado al parqué. «Es muy importante ganar, para dejar muy tocado a un rival por la permanencia. Por eso, se nos hace más difícil este partido. Hay que mantener la tensión de todos durante los cuarenta minutos, porque parece que nadie se acordará si ganamos, pero si perdemos, daremos un paso atrás, y muy grande», explicaba Xavi Sastre, que dispone de todo su arsenal y se ha fijado como uno de sus retos personales la concienciación del grupo de la importancia del triunfo, más tras el contundente tropiezo en La Palma. La dificultad del calendario más inmediato (Alicante, Melilla, Tenerife, León y Valladolid) multiplica la importancia de la cita ante un Rosalía que puede poner un pie en LEB Plata si se marcha de vacío del Palau. «Individualmente tienen más calidad de lo que parece, y eso les hace más peligrosos», advertía un Sastre que espera disponer de la mejor versión del Bàsquet Mallorca.