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Manzano dejó los octavos de final en manos de sus suplentes y, como en la anterior eliminatoria, el equipo B del Real Mallorca dio el primer paso para plantarse en la antesala de las semifinales. En un duelo jugado en familia, con apenas 2.500 espectadores en las gradas de Son Moix, los reservas saldaron el reto con una convincente triunfo ante el Almería que le permite seguir alimentando el sueño copero y levantar el ánimo, después de siete partidos oficiales sin ganar, de cara a la cita ante el Madrid (3-1).

El técnico de Bailén dibujó un once con sólo cuatro titulares en relación a su último boceto. Josemi, Ramis, Varela y Aduriz acaudillaron a los cachorros isleños. Así, se pudo ver en la cancha a habituales reemplazos, como el lateral Ayoze, el interior Castro, el cerebro Jurado o el guineano Keita, que una vez más acudió a su cita con el gol en esta competición. Tres partidos y tres tantos. Además, el encuentro sirvió para el debut del portero israelí Dudu Aoute, que se tragó el gol del Almería y comenzó con dudas, pero que fue de menos a más para cerrar el duelo regalando su camiseta a un aficionado y transmitiendo una gran seguridad.

Bajo un ambiente desolador, el Mallorca supo cambiar el chip. Manzano guardó en el fondo del armario el armazón defensivo para empresas de mayor calibre -el domingo ante el Madrid- y apostó por un estilo ofensivo. Con Cléber de único pivote, Jurado en la mediapunta, Aduriz y Keita arriba y dos extremos bien abiertos por los carriles. La fórmula desintegró al Almería en el amanecer del duelo.

Con Jurado dialogando constantemente con el balón, el equipo se gustó con el fútbol de toque. Un estilo que obtuvo su premio en el marcador a los siete minutos. Una pared entre Jurado y Aduriz desembocó en un mano a mano del vasco con Esteban. Aritz picó por encima, Carlos García se arrojó al suelo para despejar con tan mala fortuna que el balón le pegó en la derecha de Keita, que anotó casi sin querer.

Pero la alegría duró poco. Demasiado poco y el Almería empató en una jugada extrañísima. Aouate sólo situó a dos hombres en barrera -en una falta en la frontal del área- Ortiz no desaprovechó el regaló y firmó un disparo que se coló entre la mini-barrera y sorprendió al israelí.

El Mallorca respondió por medio de Keita con un trallazo raso que despejó Esteban. Sin tiempo para centrocampismo, la ocasión cayó de nuevo del lado andaluz. Otra vez Ortiz intentó sorprender a Dudu, que se mueve mejor que Lux por el área grande en perjuicio de jugar más adelantado que el argentino. La vaselina salió rozando el larguero.

El Mallorca mantuvo el control del duelo. Con Jurado tocando, Cléber sujetando y Ramis apagando todos los incendios en defensa, el grupo bermellón tumbó el campo con criterio. Aduriz se batía el cobre en cada forcejeo y sus desmarques desquiciaban a la zaga almeriense. Lo intentó con un cabezazo tras un buen servicio de Castro -lo único que hizo el uruguayo- y disfrutó de una ocasión única en un penalti que se fabricó él mismo. Ortiz le desequilibró en un intento de despeje y el balón acabó en el punto de penalti. Aduriz le pegó fatal y Esteban impidió el gol.

Sin tiempo para lamerse las heridas, el Mallorca impuso su superioridad al filo del descanso. Jurado botó de esquina y Cléber Santana, anticipándose a los centrales, metió su diestra en el primer palo y en las narices de Esteban.

El Almería abrió el segundo acto con una gran ocasión, un disparo de Ortiz que Josemi despejó sobre la línea. Pero cada vez que su rival asomaba la cabeza, el Mallorca golpeaba con dureza. Y así llegó el 3-1. Rubinos señaló un indirecto dentro del área, por una cesión que interpretó él, y Varela resolvió con oficio.

De ahí al final, un par de buenas intervenciones de Aouate, un par de contras desperdiciadas y el debut del canterano Dani Castellano. El domingo, llega el Real Madrid en el penúltimo partido de la primera vuelta de la Liga. Que es lo que importa.