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Lluís Orfila |MAÓ
El lujo de contar con un jugador de la dimensión de Jeter Pooh permitió al Menorca rescatar un triunfo que se torció peligrosamente tras el descanso. Ante un serio y complicado Granada, la superlativa clase del base angelino, conjuntamente a la exhibición de derroche y garra desarrollada en defensa por el grupo balear, encauzó y blindó la victoria, quinta de la temporada. Ni las prestaciones del sensacional Borchardt (24 puntos y 10 rebotes para una espectacular valoración de 41), ni el despertar del talentoso Scepanovic en el último cuarto (17 puntos del montenegrino en esos diez minutos), ejercieron de sustento para el bloque nazarí, engullido en el tramo decisivo por un Menorca que hizo de la necesidad virtud y despidió el año ante su hinchada del mejor modo posible.

Muchas cosas bien hizo el Menorca durante el primer cuarto, el cual cerró doblando al rival (22-11) en el marcador, y superándole ampliamente en varios aspectos. Restando 40 segundos, únicamente Borchardt y Hunter habían sumado puntos en un Granada que padecía lo indecible ante las rápidas transiciones menorquinas. Jeter dominaba, el Menorca cerraba su rebote y presentaba un acicalado porcentaje en triples. Bastaba y sobraba.

Pero era un partido trampa y el grupo de Poch se revitalizó en la segunda manga. Borchardt justificaba su fama, yéndose hasta los 16 puntos y 6 capturas. Al margen, imponía una jerarquía en la zona absolutamente inabordable para los interiores menorquines, plasmándose todo ello en el marcador a medida que los segundos iban consumiéndose. Se cortocircuitó el Menorca en el tercer cuarto. Perdió la iniciativa sobre el tanteo y permitió muchos espacios en su defensa que el rival andaluz aprovechó para marcar el terreno y prolongar su escalada (50-54).