El empresario británico Paul Davidson, en la imagen junto a Vicenç Grande tras sellar el preacuerdo del pasado mes de julio.

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Paul Davidson vuelve a la carga. El empresario británico, que el mes pasado alcanzó un preacuerdo con Vicenç Grande para hacerse con su paquete de acciones del Real Mallorca, acudirá hoy al ONO Estadi para resolver sus últimas dudas y perfilar los detalles definitivos de la compra. Acudirá al cónclave acompañado de sus asesores, pero la puesta en escena será prácticamente un trámite. El magnate inglés ya dio hace un par de semanas el paso definitivo y aunque su llegada al poder está pendiente de lo que determinen los administradores judiciales que controlan el concurso de acreedores del Grup Drac, él ya ha empezado a actuar como el próximo propietario del club isleño.

Los plazos de la operación se están cubriendo según lo previsto. Tras apalabrar su compromiso con Grande, Davidson había encargado una due diligence al prestigioso bufete de abogados de Javier Tebas y después de comprobar la documentación, empezó a atarlo todo. Dos días después, su empresa (Fluid Leader Group PLC, una sociedad líder en el sistema de reaparición de oleoductos para transportar gasoleo y petróleo desde el Golfo Pérsico) emitía un comunicado en el que anunciaba que el magnate cesaba en sus funciones para centrarse plenamente en otro proyecto, el que comenzará a desarrollar en cuanto ocupe oficialmente la poltrona de Son Moix. Hoy volverá a verse con Vicenç Grande, pero él ya le ha confirmado a su entorno que el asunto está totalmente cerrado, que sólo le queda esperar, que no va a cambiar nada.

Uno de los primeros puntos que tendrá que resolver cuando desembarque en el Mallorca tiene que ver con la reciente salida de Pere Terrassa. El ex director general de gestión se desvinculó recientemente de la SAD y el puesto sigue vacante. En esa dirección, la primera opción de Davidson sigue siendo el ex director general del Everton, Keith Wyness, al que acaba de incorporar también al consejo de Fluid Leader Group para que ejerza como director general. Su intención es que compagine ese trabajo con el que llevará a cabo en los despachos del club. No en vano, su tarea en el Aberdeen y el Everton le ha convertido en uno de los ejecutivos más reputados del deporte inglés, un aval más que suficiente para coger los mandos del nuevo Mallorca. Si no aparecen problemas de última hora, la venta se cerrará apenas un mes después de que se anunciara el preacuerdo, en el marco de una operación relámpago y diseñada prácticamente en secreto por sus portagonistas. En apenas tres días de conversaciones, Davidson adelantó a su compatriota Freddy Sheperd (antiguo dueño del Newcastle) y convenció a Grande gracias a un elaborado tratado de intenciones.

Objetivos
Davidson ha recordado en todo momento que pretende integrar al Mallorca en el holding que posee y que su deseo de mantener la actual estructura, tanto organizativa como deportiva. El empresario británico no tiene ninguna intención de llenar el vestuario de futbolistas ingleses ni tampoco de retocar nada de la parcela técnica, ya que ésta seguirá en manos de los gestores actuales. En lo que sí intervendrá el inglés es en el resto de aspectos que envuelven al club, a los que ha subrayado como los puntos clave de su plan de trabajo. Sólo unas horas después de que se hiciera público el preacuerdo de compra de las acciones, reconoció a este diario que intentaría eliminar las pistas de atletismo de Son Moix, que promovería giras en territorio árabe o que iba a centrarse en la búsqueda un gran patrocinador, además de convertir al Real Mallorca en una gran marca mundial. Ahora que se acerca el momento de que coja las riendas, todas esas incógnitas empezarán a despejarse.