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Tolo Jaume La vuelta al Nido de Pekín como abanderado de la delegación española fue el último sprint en la brillante carrera del mejor olímpico español de todos los tiempos. Joan Llaneras (Porreres, 1969) colgará la bicicleta a final de año tras haber puesto el broche de oro a una trayectoria cargada de éxitos. El porrerenc advirtió que su deseo era despedirse en lo más alto del podio y cumplió con creces su palabra en una nueva exhibición de los argumentos que han heho de él uno de los mejores pistards de la historia.

Llaneras se ha hecho un hueco en la leyenda olímpica que arrastrará Pekín para siempre y lo ha hecho entre las ocho medallas de oro de Michael Phelps y las tres victorias con tres récords mundiales de Usain Bolt. El ciclista balear, fiel a su estilo de ganador nato y personaje discreto, ha escrito una de las páginas más brillantes del gran acontecimiento celebrado en la capital china rubricando un epílogo de ensueño. Y es que lejos de todos los focos que se cernían sobre el jamaicano en la pista del Nido y sobre la figura del nadador estadounidense en el Cubo, el ciclista mallorquín engordó su extraordinario palmarés con la medalla de oro en la prueba de puntuación y la plata en la modalidad de americana junto al también isleño Toni Tauler.

Cuatro preseas olímpicas (oro en puntuación en Sydney 2000 y Pekín 2008 y plata en americana en Pekín 2008 y en puntuación en Atenas 2004) junto a siete títulos, tres platas y dos bronces en Campeonatos del Mundo adornan las vitrinas de un deportista cuya profesionalidad le convirtió en una garantía de éxito sobre la bicicleta. Los cuatros metales en las cuatro Olimpiadas vividas le convierten en el mejor olímpico español de todos los tiempos, ya que cuenta con las mismas preseas olímpicas que la tenista Arantxa Sánchez Vicario y el piragüista David Cal, aunque ninguno de ellos puede presumir como el porrerenc de contar con dos oros en su hoja de servicios.

No ha fallado casi nunca en las grandes citas y casi nadie ha podido con él en las pruebas en las que ha demostrado una soberbia fortaleza física, emocional y mental. Dos décadas en la élite en las que incluso ha sacado fuerzas de una acusación de dopaje y de la muerte de su compañero y amigo Isaac Gálvez. Casi nadie y casi nada han podido desviarle de su único objetivo cuando se sube a una bicicleta: disfrutar y, sobre todo, hacerlo con victoria. Ha sabido responder a los varapalos con la misma fuerza con la que conseguía ganar vuelta a sus rivales y a sus 39 años se dispone a cerrar un ciclo.

Temporada
A lo largo de 2008 tiene previsto cumplir con su agenda de competición tomando parte en eventos puntuales antes de colgar definitivamente la bicicleta. A partir de día 1 de enero de 2009 seguirá muy cerca de un velódromo, pero lo hará fuera de la pista y conviviendo en la pelouse sin un maillot. El pasado mes de febrero firmó un convenio con la conselleria de Esports del Govern para convertirse en el director del Palma Arena el año que viene. El pistard porrerenc será el responsable de la parcela técnica del escenario en el que firmó su antepenúltima gesta deportiva. Llaneras aportará su experiencia en el panorama internacional para exprimir las prestaciones del recinto en el que conquistó su séptimo entorchado mundial superando el histórico registro de seis triunfos de Guillem Timoner.

Comenzó a despuntar en las categorías inferiores dentro de una pista y fruto de sus buenas condiciones alcanzó sus primeros éxitos como juvenil en la carretera al convertirse en campeón de España de contrarreloj en 1986 y 1987. En 1989 consiguió la victoria en categoría amateur en persecución olímpica y tras defender los colores del Cesaden y el Platja d'Aro dio el gran salto al firmar por el grupo deportivo ONCE, donde militó cinco años hasta que pasó a formar parte de las filas del Motorola US Postal hasta 1996. Precisamente ese año consiguió su primer oro mundialista en el velódromo de Manchester y dejó constancia que estaba llamado a prolongar la leyenda de Mallorca de excelentes pistards a la que dio comienzo Guillem Timoner. Llaneras se centró en la pista y su decisión no pudo ser más acertada. Instalado en el Olimpo saboreará sus logros disfrutando de su familia y de lo que más le gusta: el ciclismo.