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El Mallorca se descubrirá esta noche en la presentación más extraña y espinosa de los últimos tiempos. El club balear, que había programado una fiesta para ilusionar a sus aficionados, recibió ayer un golpe durísimo en la misma línea de flotación del nuevo proyecto. El West Bromwich Albion (WBA), ese equipo inglés al que se enfrentó el pasado fin de semana en The Hawthorns, acaba de reventar los planes de futuro de la entidad de Son Moix después de llevarse a la Premier a uno de los jugadores con mejor perspectiva del vestuario, Borja Valero, y desplegar sus redes sobre Óscar Trejo y José Carlos Nunes. De momento, el madrileño cambiará el sol de la Isla por el clima plomizo de Birmingham y verá notablemente incrementada su ficha, algo que muy pronto podrían experimentar también sus otros dos compañeros. El problema lo tienen ahora Gregorio Manzano y la dirección deportiva del ONO Estadi, que a falta de dos semanas para el inicio oficial de la temporada tendrán que recomponer de nuevo la caseta. Y no será fácil.

La incertidumbre se ha instalado en el Camí Reis en el momento menos oportuno, en una jornada que había sido señalada con un círculo rojo en el calendario. Cuando el equipo parecía perfilado y estaba únicamente a la espera de que se le aplicaran los últimos retoques, toda la planificación previa puede irse al traste.

La baja que más escuece es, sin duda, la de Borja Valero. El mediapunta de Hortaleza, que aterrizó en el club hace justo un año procedente del Real Madrid Castilla, era una apuesta personal de Nando Pons y después de su explosión del curso pasado (el de su debut en la máxima categoría) estaba llamado a representar un papel capital en este nuevo trayecto. La salida de Ibagaza en dirección a Villarreal hizo que recayeran sobre él los galones del centro del campo y los asumió con naturalidad a medida que iba avanzando la pretemporada, demostrando que su juego crecía y que el Mallorca podía estar tranquilo. Sin embargo, todo se ha derrumbado. Hacía tiempo que era vigilado desde Inglaterra y los rumores que empezaron a circular por Palma en la tarde del martes se confirmaron ayer plenamente. Alejandro Camaño, representante del futbolista, se puso en contacto con las altas esferas del club para comunicarles que tenía una oferta irrechazable del WBA (percibirá algo más de un millón de euros neto por temporada) y que abonaría la cláusula de rescisión, que ronda los seis millones. En cualquier caso, el cincuenta por ciento de los derechos federativos del mediapunta pertenecen al mismo agente, por lo que el Mallorca sólo recibirá la mitad del precio final de la venta.