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De Anfield a Son Moix pasando por El Madrigal. El camino que ha seguido José Miguel González Rey (Torremolinos, 1979) para llegar al Mallorca no es el convencional. Sobre todo, porque hace tres veranos ocupaba un puesto privilegiado en la fotografía oficial del campeón de la Liga de Campeones. En aquella histórica imagen, tomada en el Atatürk Olimpiyat de Estambul, el andaluz aparecía abrazado a Steven Gerrard, con una enorme bandera española atada a la cintura y a muy pocos centímetros de la Copa de Europa. Era el minuto de su vida, el momento con el que sueña todo futbolista. Desde entonces, le ha pasado prácticamente de todo y casi nada bueno, aunque él no pierde la confianza. Al fin y al cabo, sólo tiene 29 años y mucha carretera por delante para agarrarse de nuevo a los brazos del éxito.

Antes de brillar frente a The Kop ejerciendo de 'red', Josemi apenas se había alejado de su Torremolinos natal. Jugó en el club de la localidad costasoleña hasta el último año de juveniles y después dio un salto de calidad hacia el principal referente de la provincia, el Málaga, con el que donde debutó en Primera en La Coruña gracias a la confianza de Joaquín Peiró. Ya asentado en el ejército blanquiazul, llegó a coincidir en La Rosaleda con Gregorio Manzano en la temporada de su explosión, ya que durante el verano de 2004 recibió una de las mejores noticias de su vida profesional.

Rafa Benítez acababa de asumir el mando del Liverpool y recurrió a él (pagando dos millones de libras al Málaga) para poner la primera piedra de la colonia española que a día de hoy continúa activa en la ciudad de los Beatles. Él fue el primero. Después le siguieron Luis García, Antonio Nuñez, Xabi Alonso y Fernando Morientes, aunque éste último no llegó hasta el ecuador del ejercicio y no pudo participar activamente en la mayor conquista contemporánea del club. Josemi, en cambio, nunca tuvo continuidad por culpa de una lesión de rodilla, pero vivió aquella histórica final contra el Milán junto a los descartados y celebró como nadie la remontada y las paradas de Jerzy Dudek en la tanda de penaltis.

Empezó la campaña siguiente en Anfield (al pelotón de españoles se unió también Pepe Reina), aunque en diciembre el Liverpool aceptó un trueque por Kromkamp con el Villarreal. Jugó nueve partidos de Liga y otros veintidós la temporada siguiente. Sin embargo, su fútbol se desplomó en la 2007-08 por las molestias físicas. Sólo disputó un partido, el pasado 13 de enero ante el Deportivo.

Josemi no ha estado nunca en Mallorca, ni siquiera de vacaciones, aunque le atrae la idea de vivir allí porque se la imagina muy parecida a Málaga. Su primer contacto con el suelo balear lo tuvo cuando viajó a la Isla para ser presentado y una vez que se instale en su nuevo domicilio podrá hacer lo que más le gusta: estar con la familia, jugar con su hija de tres años, pescar y disfrutar de la naturaleza.