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Efe |HOCKENHEIM
El británico Lewis Hamilton (Mclaren-Mercedes) logró una magistral victoria en el Gran Premio de Alemania, en el que el brasileño Nelson Piquet (Renault), con suerte, ha sido segundo y Fernando Alonso (Renault), sin ella, undécimo.

De las ocho victorias conseguidas hasta ahora por Lewis Hamilton, la de ayer fue la más impresionante, porque tuvo que luchar no sólo contra el resto de los pilotos, sino contra un coche de seguridad, que salió poco después de mitad de carrera y anuló toda su ventaja, y contra su propio equipo.

Líder indiscutible de la prueba desde la salida contaba con 11.7 segundos de ventaja sobre el brasileño Felipe Massa (Ferrari), cuando el alemán Timo Glock (Toyota) rompía la suspensión trasera derecha de su Toyota y se daba un fuerte golpe, marcha atrás, contra el muro que separa la pista de garajes, para terminar en el lado opuesto de la pista.

La carrera fue inmediatamente neutralizada, Glock abandonaba tambaleándose por los efectos del golpe los restos de su coche, y todos los coches se reagrupaban tras el coche de seguridad.

Lo que iba a ser un contratiempo para Hamilton, iba a ser un golpe de suerte para Piquet, único piloto que iba a ir a una sola parada, y la había hecho justo antes de la salida del coche de seguridad. Cuando se abrió la calle de garajes para repostar, todos los coches lo hicieron a excepción, algo incomprensible, del líder Hamilton, y del alemán Nick Heidfeld (BMW).

La entrada masiva de coches para repostar dejaban a Hamilton y Heidfeld, sin ninguna ventaja y con la necesidad de hacer una nueva parada, y a Piquet en el tercer puesto, que ya no pararía hasta el final de la carrera.

Cuando después de cuatro vueltas se liberó la carrera, Hamilton, al volante del mejor coche con diferencia, volvía a tirar como un poseso para tratar de coger una ventaja que le permitiera no perder muchos puestos cuando realizara su última parada. En la vuelta 50, a 17 del final, Hamilton se detenía en garajes, dejaba el liderato a Heidfeld, que también tenía que parar y se incorporaba a la carrera en quinta posición tras su compañero de equipo el finlandés Heikki Kovalainen. Hamilton iba a volar sobre la pista de Hockenheim, Kovalainen en le dejaba pasar en la vuelta siguiente en la horquilla, Heidfeld pararía dos vueltas después y dejaba al británico la tercera posición, con Massa y Piquet por delante.

A diez vueltas del final Hamilton, de nuevo en la horquilla pasaba a Massa, al que le había recuperado seis segundos y hacía un tímido intento de defenderse, y ya sólo que le quedaba por delante Piquet que dos vueltas después, después de haber liderado la carrera seis giros, dejaba de nuevo el primer puesto al británico.

Hamilton lograba una magistral victoria a pesar de su equipo, Piquet no tenía problemas para mantener el segundo puesto tras una segunda parte de carrera excepcional y Massa, tras una carrera con mas pena que gloria, completaba el podio.

Todo lo que podía salirle mal a Alonso, le salió. Desde que los coches se pudieron en marcha perdió ya un puesto en beneficio del polaco Robert Kubica (BMW). En la tercera vuelta trató de superar al italiano Jarno Trulli (Toyota), que le cerraba en la horquilla, y de eso se aprovechaba el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) con lo que el asturiano bajaba al octavo puesto. Al final, fue undécimo.