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Tolo Jaume La subvención del Govern al Bàsquet Mallorca llegará una vez que la conselleria de Esports consulte las cuentas de Inca y Muro. El departamento que dirige Mateu Cañellas pretende definir la inversión que realizará en el nuevo club una vez disponga de información «fiable» sobre el estado de cuentas que acumularon los clubes embrión antes de unificar sus destinos. Precisamente la situación de las arcas de las dos entidades fue la que ha suscitó las posibilidades de que el Bàsquet Mallorca no saliera adelante.

La inversión institucional debe aglutinar los esfuerzos de dos clubes para hacer un proyecto fuerte y no sanear las cuentas o saldar deudas anteriores. La esencia de la iniciativa propuesta desde el Ejecutivo autonómico a la que se acogieron Inca y Muro y el mensaje que quiere transmitir la conselleria de Esports es claro. Al respecto de la posibilidad de que el Bàsquet Mallorca no consiguiera formalizar su participación, el conseller Mateu Cañellas comentó que no sabía «nada oficialmente» de los problemas económicos de la nueva entidad para formalizar la inscripción en la segunda y en la cuarta categoría del baloncesto español. «Me sorprendería que tuvieran problemas porque todo el rato que hemos hablado con ellos me han comentado que no tienen problemas y que económicamente lo tenían controlado», declara Mateu Cañellas, que aseguró que «nos decían que la deuda estaba controlada».

El conseller de Esports, que destacó «el esfuerzo» realizado para mantener la inversión teniendo en cuenta la delicada situación económica que sufre su departamento, manifestó ayer que «hemos procurado un trato especial unificando las ayudas que iban a tener los dos clubes y parecía que todo iba bien, pero parece que hay un problema soterrado que no existía, así que espero que me expliquen que sucede».

Y es que la idea inicial de unificar las ayudas con la inyección de dinero público a través de la Fundació Illesport era la fórmula buscada para hacer un proyecto fuerte y con aspiraciones, por lo que no se contempla la posibilidad de aportar dinero para acabar con los problemas económicos que arrastran de sus anteriores etapas los clubes de origen.

El presidente del Bàsquet Mallorca, Joan Llompart, aseguró que el club está pendiente de incluir el aval y el canon en la documentación para hacer oficial la inscripción en la LEB Oro y en la Liga EBA, una documentación que ya está «a punto» y en manos de la Federació de Bàsquet de les Illes Balears (FBIB). «Salir saldremos seguro», manifestó ayer el máximo responsable de la entidad, aunque también apuntó que el presupuesto de la próxima temporada no será bajo. La fecha límite para presentar la documentación ante la Federación Española de Baloncesto es el 4 de julio y, antes de dicha fecha, Llompart confía en conocer las ayudas de la conselleria de Esports.

«Estamos pendientes de concretar la inversión institucional de la que dispondremos para ajustar el presupuesto y a partir de ahí definir los objetivos deportivos. El presupuesto será bajo, pero entendemos que será la tónica general de la categoría en una temporada que se presume muy complicada para todos, puesto que son muchos los patrocinadores que se están marchando», analizó Joan Llompart, que aseguró que en ningún momento ha habido dudas sobre la posibilidad de que el Bàsquet Mallorca siguiera adelante con el proyecto.

Así las cosas, los próximos días serán determinantes para que se produzca un acercamiento para realizar las operaciones con transparencia y conocer de primera el estado de las cuentas y la subvención institucional.

El Bàsquet Mallorca aguarda la inscripción y a conocer el presupuesto para ponerse manos a la obra en una campaña en la que son muchos los clubes que han tenido que echar mano de la imaginación y ajustarse el cinturón para salir adelante. La fecha límite para la inscripción de equipos en las categorías nacinoales se cierra el próximo 4 de julio y son muchas entidades entre la península y Canarias en las que se trabaja a contrarreloj para lograr el aval y sobre todo fijar un presupuesto que permita competir con garantías una vez que los múltiples patrocinadores de la construcción hayan dejado el mecenazgo deportivo.