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Fernando Fernández Apenas han pasado cuatro meses y la caravana del Dakar vuelve a la acción. La suspensión de la prueba africana dejó muchas cuentas pendientes e ilusiones colgadas por la amenaza terrorista de Al-Qaeda. ASO optó por dar una solución inmediata, con el traslado de la prueba a América (Chile y Argentina) en enero en el horizonte. El espíritu del Dakar sigue vivo, pero lejos de su hábitat natural. Los bosques centroeuropeos de Rumanía y Hungría son los epicentros de la actividad de las Dakar Series, que arrancan el sábado 19 en Budapest, con las verificaciones técnicas, y dará el pistoletazo de salida a una nueva era el domingo 20, con una primera etapa (Budapest-Baia Mare) de contacto con el terreno. El objetivo es otra vez un lago. No es rosa, pero en el Lago Balaton se cerrará el día 26 un recorrido de 2.671 kilómetros que volverá a tener protagonismo mallorquín.

No habrá doble presencia, como en la salida de Lisboa, el pasado enero. Miquel Ramis ha optado por no tomar la salida en la modalidad de camiones, dentro del equipo Epsilon, por motivos laborales, pero se reserva de cara al mes de junio para participar en el Moscú. El que sí estará es un Toni Manresa que, tras cuatro participaciones en el auténtico Dakar, cumplirá con uno de sus grandes objetivos del curso en las Dakar Series centroeuropeas. El de Calonge pilotará un Isuzu oficial dentro de su equipo europeo y lucirá el dorsal 220, haciendo nuevamente equipo con el catalán Ferran Marco en la categoría de coches, que ofrece un cartel espectacular.

Carlos Sainz, Nani Roma, Stephane Peterhansel, Hiroshi Masuoka o Luc Alphand comparten cartel con Manresa, uno de los españoles mejor posicionados en las apuestas, aunque «el desconocimiento del terreno es un hándicap añadido», explica Manresa, que contará con el apoyo del Govern, a través de la Conselleria de Turisme y lucirá la imagen de Illes Balears. La nieve se ha convertido en otro rival para los pilotos, aunque pese a todo, Manresa se muestra optimista y espera «a situarnos en el terreno y ver cómo respiran los rivales para ver cuáles son nuestras posibilidades».

Las Dakar Series se han convertido en una segunda oportunidad para recuperar la moral y todo lo que la suspensión del raid africano provocó el pasado 4 de enero. Pero supondrá una excelente pista de pruebas en una superficie inédita, pero que no hará olvidar las dunas y las pistas del desierto.