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F. Fernández El sueño de la ACB cobra vida. El proyecto unificado planteado por el conseller d'Esports i Joventut del Govern, Mateu Cañellas, como alternativa a la delicada situación deportiva y económica de los dos representantes mallorquines en la LEB Oro (Inca y Palma) y, de paso, la del Bàsquet Muro (LEB Plata), empieza a adquirir forma después de que las partes acercaran las posturas que hace unos días distaban años luz. El planteamiento expuesto por el presidente del Palma, Guillem Alomar, parece haber ganado la partida y, de paso, haber recibido el visto bueno del Govern.

Tras varias semanas de reuniones, perfilando los puntos básicos del manual de vuelo del nuevo club, que persigue dar el salto a la ACB, los presidentes de Palma, Inca y Muro llegaron a un primer acuerdo inicial, a partir del cual empezar a cimentar un proyecto a tres años amparado por el Govern y al que le resta camino por recorrer. Mateu Cañellas, acompañado por el director general d'Esports, Gabriel Gili, y los mandatarios de los tres clubes implicados en la operación, Guillem Alomar (Palma), Joan Llompart (Inca) y Miquel Ramis (Muro), escenificaron el punto de partida del hasta ahora denominado Bàsquet Mallorca, aunque Alomar quiso salir al paso y dejar claro que «ni la pista, ni en color de las camisetas, ni el escudo ni el nombre están claros», pese a que la opción de la capital de es Raiguer cobra peso, sin descartar una alternancia en la sede.

Alomar hizo las veces de portavoz, admitiendo un «principio de acuerdo de viabilidad». El presupuesto inicial del club sería de tres millones de euros, que se repartirían en tres fracciones equitativas de un millón. Una la asumiría el Govern, a través de Illesport; otra deberían ponerla sobre la mesa los tres clubes, y una tercera estaría destinada a las ayudas procedentes de otras instituciones (Consell, ayuntamientos), patrocinadores o socios. Clubes y Govern han quedado emplazados para el próximo 10 de abril, fecha en la que se podrá conocer la fiabilidad económica del proyecto. El modelo estructural sería el propuesto por el Palma, a través de una Sociedad Anónima Deportiva (la conversión es necesaria para jugar en ACB), realizando una suscripción de acciones pública y «con un capital suficiente para no tener problemas», concretó Alomar.