Juan Arango bota una falta que supuso el segundo gol de su equipo ayer en Getafe. Foto: RICARDO ORDÓÑEZ

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MIQUEL ALZAMORA (MADRID) Y van trece empates, pero el de ayer fue de esos en los que los equipos ganan un punto en lugar de perder dos. El Mallorca tuvo que sobreponerse a un marcador adverso de dos goles y a la expulsión de Scaloni en el minuto 35, además de ir siempre a remolque en el luminoso. Por momentos, los baleares lo tuvieron todo en contra, pero en una segunda parte donde se fueron encadenando las noticias, lograron no salir de vacío del Alfonso Pérez (3-3).

Cuando el once de Manzano se dio cuenta de que el partido había empezado ya perdía 2-0. Los baleares acostumbran a dejarse ir en los primeros minutos de partido, como si la cosa no fuera con ellos, como si los partidos tuvieran dos inicios, uno para el rival y otro para ellos. Es uno de los grandes pecados de este equipo, el llegar al campo en plena siesta.

Ayer, en el Alfonso Pérez, el Getafe, dio la primera en la frente. Una jugada bien trenzada entre De La Red y Manu acabó con el balón en los pies de Mario Cotelo, que batió a Moyà. Ni el Getafe se lo creía ni el Mallorca daba crédito. Mientras unos celebraban el tanto, los otros se miraban sin saber bien a quién dar la culpa. Apenas se habían disputado 90 segundos de partido y el equipo de Manzano ya empezaba a ir por detrás en el marcador.