Los futbolistas del Mallorca felicitan a Juan Arango tras conseguir el tanto que desequilibraría el partido. Foto: MONSERRAT

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El Mallorca sale del atolladero. El grupo balear se apoyó en un primer acto decente y un segundo tiempo a la italiana para liquidar a un Atlético infame y recobrar el pulso a la Liga. La sexta victoria del curso, sellada con un gol de Arango, le permite al equipo de Gregorio Manzano tomar aire en el torneo doméstico e inyectarse una dosis de moral de cara a la cita copera del miércoles ante el Getafe (1-0).

Manzano y Aguirre encararon la cita de forma opuesta. El jienense se olvidó de la Copa y metió a todos en la arena; el mexicano, en cambio, reservó a Agüero para el inminente compromiso ante el Valencia. Cuestión de prioridades. Y el arranque confirmó todas las sospechas. El Mallorca tumbó el campo desde el inicio apoyado en un futbolista enorme. Jonás puso determinación, ganas, fuerza y coraje. El solo se apoderó de la derecha, a la que cayó al cuarto de hora tras abrir la tarde incrustado en la izquierda. El Galgo ridiculizó a Reyes -el sevillano, desquiciado, acabó expulsado en el minuto 86- y taponó a Pernía. Dejarle marchar es un lujo que el Mallorca no debe permitirse.

Del Atlético no hubo noticias. Su partido fue para tirar a la basura. Con el 'Kun' en el banquillo, Forlán se encontró en la soledad más absoluta. Motta hizo de Motta; Reyes calcó su peor versión, que ya comienza a ser habitual, y su defensa fue una bicoca. Tuvo suerte de irse al descanso con una derrota mínima.

El Mallorca fue mucho más equipo. Llegaba al balcón del área con una facilidad pasmosa y sólo la falta de precisión en el último pase le impedía asustar a Abbiati. Y eso que Güiza no tuvo su mejor día. Con el jerezano impreciso en el remate, el grupo de Manzano se apoyó en la velocidad de Jonás y la zurda de Arango para cocinar el gol. Acorraló a su rival a base de córners y empuje.

La jugada del 1-0 nació en el descaro de Fernando Navarro, al que le pusieron una alfombra roja hasta la cornisa del área; le entregó el balón a Varela, que se había cambiado a la banda izquierda, éste se acomodó el balón a la derecha tras un recorte y acribilló a Abbiati. El italiano se quitó el cuero de encima y Arango, que pasaba por allí, metió su pierna para retratar a la cómica zaga rojiblanca y al ex portero del Milán -el balón le pasó bajo las piernas- y reencontrarse con el gol (min. 21).

De forma inconsciente, el Mallorca retrasó líneas y consintió la tímida reacción colchonera. El partido se volcó a la derecha y Jonás pidió turno. El Galgo monopolizó todos los focos. Arriba y abajo. El argentino apuñalaba al Atleti por su banda, incluso con disparos desde media distancia. Y tenía tiempo y físico para achicar agua en defensa. Una bestia.

También Fernando Navarro firmó un par de anticipaciones enormes. Una, en los estertores del primer acto, cuando cortó un pase de la muerte de Mista a Forlán que olía a gol. La segunda resultó definitiva. Fue en la última acción del partido, allá por el minuto 95, cuando le quitó de la bota el remate al uruguayo.

El Mallorca perdonó la sentencia. Varela, Arango y sobre todo Güiza, que desaprovechó un mano a mano ante Abbiati, no aprovecharon las ocasiones. El Atlético, a pesar de su dejadez, abrió el segundo parcial con vida, pero sin ideas. Ni siquiera la entrada del 'Kun' revitalizó a un cadaver que ayer vestía de azul. El grupo balear cometió el error de recular demasiado pronto y entonces el partido se jugó en el área de Moyà con Ramis y Nunes como protagonistas. Los centrales se hartaron de despejar faltas laterales y córners, los únicos argumentos de un Atlético que cerró el partido sin crear ni una sola ocasión y con Reyes duchado antes de tiempo.