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Ramón Orosa|BILBAO
El Barcelona desaprovechó una gran oportunidad de acercarse al Real Madrid en la tabla clasificatoria malgastando la ventaja de la que dispuso ante un Athletic muy mermado físicamente, pero que encontró aire con el empate a un gol.

Prácticamente sin fuelle, con medio equipo tocado y con la sensación de estar irremediablemente derrotado, el equipo vasco encontró un segundo aliento y, apoyado en chavales como el debutante Aitor Ramos, Garmendia o Llorente, le hizo pasar al Barça un cuarto de hora sonrojante.

La primera gran ocasión del partido fue para el Athletic. Después de una apertura a la banda izquierda hacia David López, centró atrás, al borde del área y la pelota le quedó franca a Aduriz, que, ante Valdés, remató alto.

Pudo ser el 1-0, pero, lo que son las cosas muchas veces en el fútbol, lo que llegó rápido fue el 0-1. Aranzubia logró llegar a un llegada por el centro del área de Messi, pero su despeje le cayó a Xabi, que abrió a Bojan para que, llegando por la derecha, batiese al meta riojano con un tiro cruzado. Demasiado castigo para un Athletic bastante aseado y demasiado premio para un Barça de una sola velocidad.

Pudo dejar las cosas imposibles para los locales el Barcelona con un remate de Puyol en el primer palo a centro de Sylvinho en el minuto 65, pero, como ocurriera en la primera mitad, lo que puso ser una cosa fue otra muy diferente.

Es decir, del posible 0-2 se pasó al 1-1. Garmendia peleó un balón, se lo llevó por la derecha y centró sobre el área. Allí, en el primer palo, Llorente se adelantó a la acción de los rivales y puso el empate.