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Ee|BERGEN (NORUEGA)
España logró la clasificación matemática para la segunda fase, tras imponerse por 30-22 a Alemania, en un encuentro en el que el equipo nacional, por fin, despertó y, de la mano de un inconmensurable José Javier Hombrados, recuperó las señas de identidad que le han permitido lograr en tres años un oro mundial y una plata continental. Tras insistir por activa y por pasiva Juan Carlos Pastor en la necesidad de dar continuidad al juego de ataque, el equipo español, por fin, pareció hacer caso al seleccionador, y aparcó por primera vez en el campeonato las acciones individuales, que habían plagado de imprecisiones la ofensiva.

Por primera vez, el balón circuló de lado a lado, para acabar por los extremos, donde Albert Rocas demostró por qué está considerado uno de los mejores finalizadores del mundo. Un triunfo (30-22) que permite a España entrar en la segunda fase con todas las opciones para lograr un ansiado oro, que ya se le ha escapado a los españoles en tres ocasiones, y que en esta ocasión tiene un premio añadido con la clasificación para los Juegos Olímpicos de Pekín.