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Fernando Fernández El embrión del Bàsquet Mallorca empieza a cobrar ligera forma. Después de plantearles la propuesta con la que se quiere finiquitar la grave situación deportiva y extradeportiva que atraviesan los principales exponente del baloncesto masculino mallorquín, los presidentes de Bàsquet Inca (Joan Llompart), Alcúdia (Guillem Alomar) y Bàsquet Muro (Miquel Ramis) mantuvieron un nuevo encuentro con el conseller y el director general d'Esports del Govern, Mateu Cañellas y Gabriel Gili, respectivamente, en el que mostraron su predisposición a ponerse manos a la obra para sentar las bases del proyecto que debe llevar a Mallorca a ocupar un lugar en el mapa ACB.

La fusión de los tres equipos profesionales, manteniendo cada club su estructura deportiva, con el fin de crear un ensamblaje con un equipo de LEB Oro al frente, uno de LEB Plata como filial y un equipo en Liga EBA como espejo para la cantera (incluso se contempla un conjunto del Circuito Sub 20), se plantea para Cañellas como «casi un proyecto de supervivencia» y todos los implicados ya trabajan sobre la propuesta.

Tras dar luz verde a la iniciativa del Govern, la siguiente cita la tienen los directores deportivos y responsables de las parcelas económicas de todos ellos, quienes se reunirán mañana para poner sobre la mesa sus argumentos. El Govern reitera su compromiso por espacio de dos temporadas y una tercera opcional en función de los resultados, con el ascenso a la ACB en mente. En ese período, se mantendrán las ayudas que percibían los clubes, concentrándose la de Inca y Alcúdia (ex Aqua Mágica) en una misma partida, y se crearía un nuevo club (Bàsquet Mallorca), a cuyo nombre iría adscrita la plaza en LEB Oro. El diseño del ambicioso proyecto deportivo y de la estructura económica y de gestión (se profesionalizaría) es ahora el cometido de sus actuales responsables, mientras que el Govern se centrará en conseguir el apoyo del Consell de Mallorca y los ayuntamientos implicados, además de «abrir puertas a patrocinadores, ya que nosotros no podemos imponer a un espónsor», explicaba Cañellas, quien confirmó que la respuesta de los tres clubes había sido «positiva».

La gran condición fijada por el Govern es la conservación de las categorías inferiores, quedando para más adelante la elección del nombre definitivo, el escenario de juego (Inca tiene muchos números), los colores de la equipación, escudo y demás aspectos.