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Los condicionantes externos juegan un papel protagonista en los partidos de fútbol. En ocasiones es la fortuna la que aparece en escena para decantar un resultado y, normalmente, la superioridad de uno de los contendientes define el devenir del partido. En la tarde de ayer el condicionante que llevó al declive de la Peña tuvo nombre propio: Albartí Oñate. El colegiado balear fue un escollo más peligroso que Nsue, Oller y compañía y su actuación perjudicó claramente el planteamiento de los de Dani MOri.

El partido arrancó con el Mallorca B fuerte en el centro del campo y vertical en las bandas pero sin demasiadas ocasiones de gol. Con empate a cero goles y con pocas ocasiones se llegó al descanso.

En la reanudación la Peña intentó romper el partido con un tanto pero todo se truncó con la justa expulsión de Villodre en el m. 62. Seis minutos más trade el colegiado se inventó un penalti que corrigió su auxiliar, pero no anuló el gol mallorquinista de Jaime en fuera de juego.