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Fernando Fernández El partido más peligroso de la temporada traslada de nuevo la tensión hasta el Palma Arena. Despegar o poder caer a plazas de descenso está en manos de un Aqua Mágica que quiere revertir su mala dinámica como local (dos derrotas en los tres últimos partidos) a costa de uno de los conjuntos llamados a luchar por salvar la categoría. La Palma aterriza (21 horas, Palma Arena) lanzado tras deshacerse del Bàsquet Inca (66-65) con una canasta sobre la bocina de Koffi que echó por tierra el esfuerzo de los de es Raiguer, apostados con dos victorias en los lugares más calientes de la tabla.

Frenado provisionalmente el efecto de incertidumbre generado por la posible marcha del patrocinador principal (Aqua Mágica), el vestuario quiere recuperar sus mejores sensaciones. Más en casa, escenario de la condena de Diego Tobalina y de dos derrotas que han encendido las luces de alarma: Melilla y l'Hospitalet. El tropiezo en Lleida ha cerrado un balance de tres derrotas consecutivas, datando su última victoria del derbi.

Con todos estos argumentos y la enfermería repleta, Àngel Colino se estrena en casa al frente del equipo con lo justo y la ambición por las nubes. Schutte es baja segura, mientras que Pacreu y Roe jugarán tocados y Kornegay esperará a una última prueba para saber en qué condiciones podrá llegar, si es que la sobrecarga muscular que sufrió frente al Lleida remite. Los últimos inconvenientes llegaron en los entrenamientos de ayer, cuando Xavi Puyada tuvo que abandonar la pista al encontrarse afectado por un proceso gripal que puede mermar su potencial y Balmón sufrió un esguince de tobillo, aunque Colino espera poder disponer de ambos. Con ello, Rejón volverá a cargar con el peso del juego interior, aunque Roe se unirá a los efectivos para evitar descalabros como el padecido frente a l'Hospitalet. Eso sí, La Palma no sabe todavía lo que es ganar lejos de Miraflores.

El 3-8 que refleja el balance del Palma Aqua Mágica y los problemas físicos que arrastra el plantel se convierten en dos obstáculos añadidos para los celestes, necesitados de una inyección de moral que sólo puede llegar en forma de victoria para, de paso, no perder la estela de la parte media de la tabla. Dos victorias separan a los baleares y a sus acompañantes de Los Barrios, duodécimo, aunque los andaluces reciben al CAI y un triunfo palmesano reduciría su margen de maniobra.

«Ya no podemos poner más excusas», admitía Àngel Colino, quien recalca la importancia del encuentro ante La Palma «por el calendario que se nos viene encima, con Tenerife, Bruesa o CAI. Será un final de primera vuelta duro y necesitamos un colchón para afrontarlo», explicó el preparador extremeño, quien a la vez recuerda que La Palma «juega con ventaja porque sabe manejarse en estas situaciones. Su objetivo siempre ha sido salvar la categoría y llegan crecidos tras vencer al Inca». El optimismo no se pierde en el vestuario, que «no piensa en la derrota» y mira «hacia la parte media de la tabla».