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Sergio Servera |CIUTADELLA
Pareció un derbi pero fue bastante menos. Breve y deslucido. Al Ícaro Palma le bastó poco más de una hora de partido para llevarse un desigual choque balear a casa, y muchos minutos menos para sacar al Valeriano Allès Menorca literalmente de la pista (0-3). Lejos quedan ya aquellos tiempos en que el extinto Grupo Jiménez Alaró miraba desde abajo al entonces Patricia. A golpe de talonario el voleibol balear dibuja un nuevo escenario donde Ícaro aspira sin complejos al cetro de la Superliga Femenina. Para Valeriano Allès, en cambio, la permanencia supone un triunfo.

De inicio el Ícaro Palma salió demoledor. Exhibió a Desire Glood y a Dorotea Swienewicz y le bastó para marcar distancias. Luego, un fallo en el servicio obligó ya a Jáuregui a pedir el primer tiempo muerto (1-5). No bajó de intensidad el conjunto de Ernesto Rodríguez, que mantuvo en su atacante venezolana el principal argumento ofensivo. Kramloc pidió el balón alto a Re y su remate valió el segundo punto para las locales. Fue el inicio de una leve reacción bermellona. Se apretó algo el marcador (6-10) pero pronto repuntó Ícaro Palma (6-15). Las locales, con una Alejandra García extrañamente improductiva, pretendieron activar su ataque mediante Adlerova y Kramolc. Fue una intención frustrada e Ícaro siguió levantando cada balón en un parcial ya de escándalo (6-18). Vio Jáuregui que la suyas caminaban directas hacia el abismo y quiso el argentino entonces cambiar el timón con la entrada de la colocadora almeriense Tico González. No surtió efecto y aunque una breve aparición de Sabrina Duarte dejó un atisbo de esperanza, la realidad fue que Aurea Cruz se hartó de bloquear los ataques menorquines y la dupla Maculewicz& Swienewicz tuvo bastante con asustar para hacer que el juego cayera del lado de las visitantes (10-25). La historia no cambió en el siguiente parcial. No hubo reacción. Y no podía haberla porque el Valeriano fue un equipo falto de recursos. Nadie para dar un puñetazo al partido y variar su destino. Ni siquiera Re cuyo carácter ayer se echó en falta. Mucho menos Sa Duarte que deambuló errante por el encuentro. Y así el marcador no dejó de sangrar a las menorquinas (3-10).

Impotencia
A las de Jáuregui más que el rival les empezó a pesar la sensación de impotencia y empezaron a acumular errores no forzados que, unidos al talento rival, desquiciaron el partido (7-17). Sólo por un momento Ale García y Re parecieron salir de su letargo y Valeriano emitió un breve rugir de arranque, disipado sin embargo por el doble azote de Kinga y Dorota (15-25).

El guión del última manga se redactó de forma levemente diferente. Aunque el epílogo fue el previsible. A base de empeño las bermellonas por primera vez en todo el partido comandaron en el electrónico (6-5). Y eso sirvió para espolear al público. Fue un guiño fugaz que despistó al Ícaro Palma. Tanto que los remates de Aurea Cruz se empezaron a marchar fuera y las acciones de Dorota y Desiree Glod se daban de bruces con un bloque menorquín, hasta entonces inexistente. Pero aun así las de Ernesto Rodríguez aguantaban el tipo (14-16) y cuando tuvieron que sacar el puñal, no dudaron. La consigna de las visitantes quedaba claro era terminar pronto y lo consiguieron. Un doble error de Adlerova dejó el partido a punto de caramelo para el Icaro. La polaca Dorotea Swinenewicz, sin inmutarse, echó el telón a un partido sin color (18-25).

Fue una pena, al Valeriano Allès la presencia en la Copa con la contundencia de esta derrota se le complica mucho. Ayer conseguir un set era ya una pequeña victoria. No lo logró. Claro que con una plantilla a la que falta profundidad, tal vez la permanencia sea ya un éxito.