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Muchos de los aficionados actuales del Mallorca nunca han oído hablar de él, ni tampoco del futbolista que le hizo famoso, Pepillo. Por eso este obituario es obligado para rescatarle del olvido y fijar la época en que le tocó presidir el club bermellón. El Mallorca, además, lucirá brazaletes de luto en el escenario que más perjudicó su presidencia: el Santiago Bernabéu. Ironías del destino.

Nacido en Santa Eugenia el 8 de mayo de 1924, donde su padre era el jefe de la estación del tren, Lorenzo Munar Sastre accedió a sustituir a Jaime Rosselló al frente del Mallorca. Militar de profesión, algo había cambiado en su vida, porque si la primera vez que se hizo cargo de las riendas del club mallorquinista, sustituyendo a un médico madrileño afincado en Palma llamado José María del Valle y Fité, era teniente de Artillería, y el equipo estaba en Tercera, allá por 1954, ahora, ocho años después, había ascendido a capitán y el Mallorca era de Primera.

Se decía que aquella temporada 1962-63 el Mallorca tenía el mejor equipo de su historia. Fue la temporada que se ganó 5-2 al Real Madrid, 4-0 al Atlético de Madrid, 2-0 al Barcelona, pero al final el equipo descendería a Segunda División. Lorenzo Munar, por su parte, a raíz del fichaje del melillense José García Castro Pepillo se hizo famoso en toda España por haberse atrevido a enfrentarse al Real Madrid en los despachos y en el terreno de juego.

«El Real Madrid nos traspasó a Pepillo por un millón y medio de pesetas, que en la época era un dineral, mientras que nosotros pagábamos al jugador setecientas mil pesetas anuales de ficha. El Madrid quería ponernos una condición limitativa, no poder utilizar al jugador contra ellos, que no aceptamos. Por eso Pepillo se alineó contra el Madrid en el Sitjar y en el Bernabéu».

El Mallorca, a través de su gerente Francisco Vidal Martínez, había contactado con el Real Madrid, pero el presidente Lorenzo Munar, por mucho que lo intentó, no pudo hablar personalmente con su colega Santiago Bernabéu, que no se ponía al teléfono. Munar lo que quería era el consentimiento madridista para poder alinear a Pepillo, pero los blancos dieron la callada por respuesta. Eso enfadó al Mallorca y José Luis Saso decidió alinear a Pepillo el 30 de diciembre de 1962 contra el Real Madrid en el Luís Sitjar, que registró un lleno histórico para un partido y un resultado espectacular: 5-2 favorable al Mallorca. Sampedro, Achuri, Pepillo, dos, y Alberto Bergara marcaron por los bermellones, mientras que Puskas (que vió como Cobo le detenía un penalti) y Amancio, marcaron por los madridistas. Con buen arbitraje de Pintado, los equipos formaron así.