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Es la hora de la verdad. El cruce de caminos que puede marcar toda una temporada. El Mallorca inicia hoy ante el Valencia una cuesta de noviembre que marcará su destino. La temible 'triada' -las visitas a Real Madrid y Sevilla aguardan en el horizonte- se cruza en el camino de un grupo que transmite buenas sensaciones (20.00 horas, ONO Estadi).

Es el momento de confirmar si este bloque rescata del baúl los éxitos olvidados o si, por el contrario, todo ha sido una alegre rebelión con fecha de caducidad y sin perspectivas de futuro. Si el Mallorca sale indemne de esta triada -sólo el Espanyol ha podido con todos- mirará hacia arriba; tres malas tardes cortarán de cuajo el deseo de una hinchada que ha vuelto a ilusionarse por Europa.

La tarde se presenta con dos guiones cambiados. Mientras el Mallorca (8º, 16 puntos) está cargado de argumentos -ocho de los últimos 12 puntos, cuatro partidos sin perder, la mejor pareja ofensiva de la Liga...-, el Valencia (6º, 18) se presenta con el rostro magullado y secuelas de sus últimas refriegas. Resulta tan voraz su estado que en apenas 48 horas ha sacudido a dos entrenadores: en la madrugada del domingo destituyó a Quique Flores y el miércoles, su interino Oscar Fernández se inmoló ante el Real Madrid (1-5).

El técnico de la casa será el encargado de dirigir hoy su segundo y último partido al Valencia a la espera de que Koeman -fue presentado ayer y se marchó de nuevo a Holanda- asuma la patata caliente a partir de mañana.

Con la tendencia de los últimos resultados en la mano, el Mallorca inicia el choque con una ligera ventaja ante un rival que se autoexige la victoria para taponar la hemorragia. Los de Manzano han convertido sus citas en Palma en una mezcla de catarsis y bendición. Su rival siempre se ha adelantado, incluso con dos goles de ventaja, pero ha logrado casi siempre alterar el destino.

Para tratar de arrancar la triada con buen pie, Manzano apostará de nuevo por los jugones. Después de dar descanso en Riazor a Ibagaza, el Caño regresa hoy para darle forma al estilo. Con el argentino en el césped, el grupo balear tiene una bendición y el contrario un problema.

Situar a Basinas como único pivote, con Borja e Ibagaza repartiendo las cartas, Arango sorprendiendo desde la izquierda y Güiza arriba, sería una gran noticia. Pero Manzano también sabe guardar las espaldas y no es descartable el sistema conservador.

El Valencia no está en su mejor momento, le faltan algunas piezas fundamentales (Albiol, Marchena, Baraja, Cañizares, Edu y Villa), pero es el mejor equipo a domicilio de la Liga. Además, este estadio le suele traer buenos recuerdos, con una sola derrota en sus siete últimas visitas. De hecho, aquí ganó 0-2 en el estreno de Manzano en el banquillo bermellón hace ya más de un lustro. Aquella tarde de septiembre de 2002, un tal Güiza disputó unos minutos. Hoy, aquel chaval es el mejor realizado nacional de la Liga (6 goles) y forma junto a Arango (suma 5) una de las mejores parejas ofensivas de la Liga.

Si Manzano apuesta por el plan A, el once podría presentar hasta cinco novedades en relación al equipo que empató en Riazor. Lux ocupará la plaza del sancionado Moyà en su debut en Palma; Héctor regresará al lateral derecho en perjuicio de Molinero -no entró ni en la convocatoria-; Ballesteros vuelve por David Navarro -cedido por el Valencia-, Basinas e Ibagaza entrarían por Pereyra y Tuni. En el Valencia, Oscar Fernández podría variar el equipo al que ridiculizó el Real Madrid el miércoles.