El piloto mallorquín Jorge Lorenzo, a lomos de su Aprilia, poco antes de afrontar un reciente gran premio.

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No va más. De Malasia no puede pasar la coronación de Jorge Lorenzo (Fortuna Aprilia) como bicampeón del mundo de 250 centímetros cúbicos. El motociclismo balear y español se prepara para vivir un fin de semana frenético, aunque todo está decidido en el cuarto de litro. La insultante victoria en Phillip Island y el tercer puesto de Andrea Dovizioso sólo lograron alargar la agonía del italiano, al que sólo un cataclismo puede convertir en rey de la categoría intermedia. La cita será el domingo (7:15 horas), y valdrá la pena madrugar, aunque antes toca pasar el trámite de los entrenamientos, que lo es más importante viendo las necesidades de puntos que atan al pupilo de Dani Amatriaín, que también en la puesta a punto ha fijado buena parte de sus ilusiones ante la penúltima cita de la campaña 2007.

Sepang se presenta como el escenario para la celebración de un título cantado. Nueve victorias, nueve «poles» (todas en idénticos circuitos) y sólo una carrera sin puntuar (Donington) hablan del dominio ejercido por el mallorquín, que ha exhibido una madurez extrema sobre la moto y usando la calculadora.

Desde Japón tuvo posibilidades de dejar cerrada la renovación de la corona, pero sabía que el Mundial era una mera cuestión de tiempo. Y, carrera a carrera, sabiendo cómo actuar en cada trazado, se planta en Malasia con un margen de maniobra abismal. Lorenzo acumula 287 puntos (dos menos de los que necesitó para ganar el título en 2006), por los 242 de un Dovizioso que en Sepang piensa más en la puesta a punto de su Honda de cara al salto a MotoGP que en el milagro. Cuarenta y cinco puntos sobre cincuenta en juego (Malasia y Valencia) estrechan el cerco sobre el de Forli, al que sólo le vale que Jorge sume cuatro puntos en dos mangas, eso contando que Andrea gane en Sepang y Cheste. Algo imposible. En igualdad de puntos, Lorenzo se llevaría el Mundial por número de victorias en Grandes Premios (9), pero la mayor punta de velocidad de la Aprilia marca las diferencias en un trazado tan rápido como Sepang y eso acota las opciones de Dovizioso, llamado a conformarse con su segundo subcampeonato consecutivo.