Mateu Alemany posa con sus aliados, ayer, en el Hotel Ambassador de Madrid al término de la presentación de la plataforma opositora a Villar. Foto: JAUME MOREY

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El salón Palacio del Hotel Tryp Ambassador de la capital de España era un hervidero de cámaras, flashes y hombres trajeados por todas partes. Eran las doce y once minutos del mediodía. Una hora que puede quedar marcada en rojo en la reciente historia del fútbol nacional. En ese momento, con todas las miradas acribillándole, Mateu Alemany Font irrumpía en el salón con paso firme y decidido, mostrando al país futbolístico la obra que ha ido dibujando en los últimos meses y que representa la oposición a las dos décadas del gobierno de Angel María Villar.

Bajo el lema «la Federación de Todos» y una bota brillante como logo, el ex presidente del Real Mallorca presentó la plataforma alternativa a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que promoverá una candidatura a las elecciones del próximo año 2008.

Con el periodista Jaime Ugarte como maestro de ceremonias, las cintas comenzaron a rodar. En el centro del objetivo de las diez cámaras, los hombres del futuro candidato, con Miquel Bestard, sin duda el presidente que mejor conoce a Alemany, en plan estelar. Entre el medio centenar de personas que asistieron al acto, además de Guillermo Coll, ex directivo del Mallorca y amigo inseparable de Mateu Alemany, destacaba Paco Sanz, que atendió la petición de su ex presidente y le arropó en su puesta de largo.

Los meses de trabajo en la sombra, durante los que se ha recorrido España de norte a sur y de este a oeste, le han permitido a Alemany abarcar a un buen puñado de Territoriales. Uno a uno, Ugarte fue presentando a los aliados, mientras el mapa de España se iba coloreando de verde hasta completar una buena parte del país. Se quedaron en blanco las territoriales de Asturias, País Vasco, Navarra, Castilla-León, Valencia y Murcia, con los que dialogará en las próximas fechas.

Apoyado presencialmente por los presidentes de las territoriales de Andalucía, Cataluña, Castilla La Mancha, Aragón, Baleares, Cantabria, Rioja y Galicia, más el vicepresidente de la Madrileña y la Grancanaria, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, José Luis Astiazarán, que acudió al acto a título personal, el vicepresidente primero, Javier Tebas, y un representante de los entrenadores (Xavier Julià), y del fútbol sala (Israel López). También dieron la cara el ex director general del Celta, Alfredo Rodriguez Millares, y Carmelo Zubiaur.

Después de los parlamentos del presidente de la territorial de Andalucía, Eduardo Herrera -rival de Villar en las elecciones de 1988- y de la Aragonesa -Oscar Fle-, Alemany se dirigió al atril de metacrilato, sacó una chuleta improvisada escrita a mano y expuso su proyecto.

Erigido en portavoz de la plataforma («Mateo es el líder que queremos para cambiar el fútbol español») y futuro candidato a las elecciones del año que viene, el abogado criado en el Puerto de Andratx no quiso profundizar en su programa electoral hasta que «no seamos una candidatura en firme» aunque abogó por llevar a cabo una «gestión con criterio empresarial moderno, muy rigurosa en el manejo del dinero público, para optimizar ingresos que permitan una mayor inversión en el fútbol base y reducir gastos».

Treinta y cinco minutos después, Alemany zanjó su comparecencia con una salva de aplausos. Después llegó la rueda con todas las televisiones nacionales, un bocata deprisa y corriendo en la T-4 de la Terminal Barajas y un vuelo azotado por los efectos de la tormenta caída en Palma que provocó cierto retraso en su segunda puesta es escena en el día, que celebró en el Palas Atenea. La hora de Alemany ha comenzado.