Dani Güiza celebra uno de los tantos que ha marcado últimamente con la camiseta del Mallorca. Foto: JOAN TORRES

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El Mallorca tiene un killer en el vestuario. Después de cuatro jornadas de competición, el equipo bermellón cuenta en sus filas con el máximo goleador nacional de la Liga, un depredador del área que ha elevado la cotización del grupo gracias a su tenacidad frente a la portería contraria. Daniel González Güiza (Jerez de la Frontera, 1980) no sólo es el pichichi bermellón, sino que se ha transformado en uno de los delanteros más letales del campeonato y en una de las alternativas más sólidas que figuran a día de hoy en la libreta de Luis Aragonés para reciclar el ataque de la selección española. «Yo me tengo que dedicar a lo mío, que es enchufarla», asegura cuando se le pregunta por una posible convocatoria. «Luego, si puedo vestir la roja, ya veremos. Si me toca ponerme esa camiseta exploto, me muero», añade emocionado. Güiza es, en estos momentos, un jugador imprescindible para Gregorio Manzano. El andaluz ha cargado desde el principio con todo el peso ofensivo de la plantilla y mientras espera que sus compañeros se sumen a la fiesta (es el único delantero de la plantilla que ha estrenado su cuenta), sigue triturando rivales y amontonando víctimas. De momento alumbra su carta de presentación con tres dianas en cuatro encuentros y de no haber sido por el error de Pérez Burrull y su asistente, Lamsfús Bartolomé, durante el encuentro ante el Villarreal, firmaría una media espectacular. Aunque eso, por ahora, no le preocupa: «Lo más importante es que mis compañeros también están bien. Si no, yo no estaría rindiendo al nivel que lo hago. Hay que seguir con la racha», comenta.