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«Todavía no lo hemos asimilado. Esto es una pasada» decía José Luis Moltó al aterrizar en Palma de Mallorca. El mejor bloqueador del Campeonato de Europa llegaba ayer después de escribir la página más brillante del voleibol español. El central del Drac Palma llegaba con la medalla de oro colgada del cuello, el trofeo al mejor central en las manos y una sonrisa en el rostro. El título continental va a permitir a España pelear por entrar en los Juegos Olímpicos, aunque ahora «toca cambiar el chip y pensar en el Drac Palma».

«Esto es una pasada. Todavía no lo hemos asimilado y lo cierto es que estoy cansado por la celebración y porque salimos a las cuatro de la madrugada de Moscú. Ha sido una semana y media fantástica; llena de emociones. Cuando ganamos las semifinales muchos jugadores acabamos llorando porque nos habíamos asegurado una medalla. Y la final, entre la presión y los árbitros, ya os podéis imaginar. Ganamos porque fuimos mejor que Rusia y lo más positivo es que España ya tiene un oro europeo» explicaba Moltó.

El éxito de España está muy ligado a la aportación del Drac Palma. «Cinco de los jugadores de la selección vamos a jugar esta temporada en el Drac Palma y otros tres han pasado por este equipo. Ha sido un logro muy positivo para la selección, pero también para el equipo».

La final contra el anfitrión (Rusia) estuvo marcada por los errores arbitrales. Moltó comentó que «nos sentimos perseguidos porque era algo muy exagerado. Cuando terminó el partido el líbero ruso me dijo que lo justo hubiera sido un 3-0 para nosotros y uno de los comentaristas más importantes de voleibol se pasó toda la retransmisión diciendo que era una vergüenza».

Además de la medalla de oro, José Luis Moltó se llevó uno de los premios especiales. El central del Drac Palma fue elegido como el mejor bloqueador del campeonato. «Estoy doblemente contento. Para mí lo más importante fue la victoria del equipo. Si hubiéramos ganado el campeonato y a mí no me hubieran elegido el mejor bloqueador también estaría muy feliz. Sólo tengo ganas de llegar a casa, ver a mi hijo y darle los dos trofeos».