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Carlos de Torres |TIGNES (FRANCIA)
Iban Mayo y Alejandro Valverde, tercero y cuarto en la general, se convirtieron en el foco de atención en la primera jornada de descanso, convencidos de sus posibilidades de luchar por el podio en la víspera de la tercera y última etapa en los Alpes, con el Galibier de testigo, en la que saldrán nueve españoles entre los veinte mejor clasificados.

Valverde (Caisse D'Epargne), que reconoció la «tendencia conservadora» del pelotón en la presente edición, adquirió confianza tras los dos primeros exámenes alpinos y anunció una táctica defensiva del Caisse, «donde los líderes seguimos siendo Oscar Pereiro y yo», aclaró.

El murciano no se fía ni un pelo del actual líder, el danés Rasmussen, de quien dijo que si sigue cogiendo tiempo en la montaña será difícil quitárselo en las contrarreloj, pero apuntó al francés Moreau como «candidato número uno porque ha sido el más fuerte hasta el momento», sin descartar a los Vinokourov, Kloden, Kashechkin e incluso a otro español, Iban Mayo, quien parece volver al nivel de 2003, cuando conquistó el Alpe D'Huez.

El corredor del Saunier Duval ha recuperado la fe en sí mismo, no tiene nada que perder y se apunta a todo si e encuentra a tono. En Pirineos está llamado a hacer brillar su nueva camiseta amarilla por sus legendarios puertos.

Pero la ilusión española también la han encendido el joven Alberto Contador (Discovery), quien ha estado con los mejores en cuanto la carretera se ha puesto hostil, y es octavo en la general. Sastre asoma undécimo.