La lluvia pudo beneficiar, sin embargo, a Virginia Ruano, la única representante nacional en el cuadro femenino, que perdía por 6-3 y 3-1 en la pista 18 ante la rusa Nadia Petrova cuando el agua obligó a desenrollar las lonas verdes.
La francesa Amelie Mauresmo tuvo más suerte. La campeona de Wimbledon aprovechó su incursión en la pista central para meterse en octavos de final del torneo, tras arremeter contra la italiana Mara Santangelo por 6-1 y 6-2.
Mauresmo selló con contundencia su superioridad ante su oponente de ayer. La tenista gala asestó once aces a la italiana, que tan sólo se las arregló para marcar uno, que cometió 16 errores no forzados, 7 menos que Mauresmo.
Como hiciera Rafael Nadal tras eliminar a Mardy Fish en la primera ronda, la ganadora de Wimbledon, que se definió como «una perfeccionista», también puntuó su rendimiento con «un 8 o un 9».
Ahora, la francesa se encontrará en octavos de final con la vencedora del duelo, también, interrumpido entre la checa Nicole Vaidisova, decimocuarta favorita, y la bielorrusa Victoria Azarenka.
Vaidisova
Si finalmente su próxima rival fuera Vaidisova, que jugaba con ventaja cuando su partido fue interrumpido, Mauresmo comentó que tendría que tener cuidado con el servicio de la tenista checa: «Saca de forma muy agresiva y podría ser una jugadora muy peligrosa».
También burló a la lluvia la rusa Maria Sharapova, que eliminó a la japonesa Ai Sugiyama, por 6-3 y 6-3 en una hora y 14 minutos, pese a cometer 16 errores no forzados.
La jugadora de Siberia, campeona en Wimbledon en el 2004, fue superior y ganó su billete a octavos en un duelo en el que se anotó 30 golpes ganadores.
Sharapova, que ha resumido la primera semana de esta edición de Wimbledon como «bastante sólida», ganó 4 puntos de break de doce ocasiones ante la japonesa, mientras que Sugiyama tan sólo logró un punto de rotura, de dos oportunidades que le brindó el juego de la rusa.
Los latinoamericanos tampoco pudieron debutar ayer en el SW19. El argentino David Nalbandián debía enfrentarse en tercera ronda al chipriota Marcos Baghdatis, verdugo del cordobés en las semifinales del año pasado en el Open de Australia.
El otro superviviente suramericano, su compatriota Guillermo Cañas, tendrá que esperar asimismo al lunes para verse las caras con el australiano Lleyton Hewitt, vencedor en Wimbledon en la edición del 2002.
Rafael Nadal espera que la lluvia se olvide la próxima semana de Wimbledon y poder competir en buenas condiciones climatológicas, especialmente contra especialistas como Soderling.
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