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Pierre Achile Webó Kouamo (Baofoussam, Camerún, 1982) es desde ayer un futbolista libre. El delantero africano agotó su relación contractual con Osasuna después de cuatro temporadas y aunque tiene sobre la mesa una oferta de renovación del club navarro, todavía no se ha pronunciado acerca de su futuro y en Pamplona lo dan ya por perdido. Eleón verde despejará en las próximas horas los interrogantes, pero de momento, ya tiene despejado el camino hacia el ONO Estadi.

El nombre del jugador sigue instalado en la agenda del Mallorca, más por las condiciones en las que se produciría el fichaje que por sus prestaciones futbolísticas. La dirección deportiva rojilla no le considera prioritario y es consciente de que su capacidad goleadora es limitada (ha anotado veinte tantos en cuatro ediciones de la Liga), pero si que contempla la opción de adherirlo al nuevo proyecto como segundo punta y de convertirlo en el acompañante del futuro ariete de referencia, ese refuerzo estrella que está todavía por definir. Además, se trata de un jugador joven -el pasado mes de enero cumplió 25 años- que aportaría fuerza cada vez que el equipo se asomara al área rival. Lo que está claro es que el Osasuna empieza a buscar alternativas a su salida, a pesar de que la entidad rojila guarda todavía un as en la manga. Los dirigentes navarros suelen incluir una cláusula en los contratos de sus futbolistas que les otorga la posibilidad de prorrogar unilateralmente la relación entre ambas partes durante un año, pero no son muy partidarios de ejecutarla ya que existen algunas sentencias anteriores que han perjudicado a los clubes que la han ejecutado. Así las cosas, si Webó decide no continuar en Pamplona aceptando las condiciones propuestas, lo más probable es que haga las maletas para trasladarse a la Isla en los próximos días.

Trayectoria especial
El caso del camerunés es cuando menos llamativo. Después de reivindicarse en la liga de su país hace nueve años, se marchó a Uruguay para defender la camiseta del Nacional de Montevideo, dónde permaneció entre 2000 y 2002. Su primer club en España fue el Leganés, al que llegó en enero de 2003 para disputar la última parte del campeonato en Segunda división. Participó en siete encuentros y no estrenó su cuenta goleadora. Osasuna le incorporó a filas en el verano de 2003 y en el antiguo El Sadar ha encontrado la estabilidad necesaria para seguir evolucionando. Durante los cuatro ejercicios que ha pasado en Pamplona ha gozado de la confianza de los técnicos y ha alcanzado la internacionalidad.