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Bosko Jankovic es a día de hoy el futbolista con mejor cartel del Mallorca. El centrocampista serbio, que está brillando de forma muy especial en el Campeonato de Europa sub'21 que se celebra estos días en Holanda, sigue llamando la atención de los principales clubes europeos gracias a su juego y al amplísimo margen de progresión que deja entrever su carrera. El último en sumarse a la extensa lista de pretendientes que suspiran por su fichaje ha sido el Olympique de Marsella. El club francés, que tiene asegurado el billete para la próxima Liga de Campeones gracias al segundo puesto obtenido en la última edición de la Ligue 1 gala, se dirigió hace unos días a su representante, Zoran Stojadinovic, para trasladarle una suculenta oferta. Sin embargo, el futbolista la rechazó esgrimiendo una serie de razones puramente deportivas y abortó la operación mucho antes de que el Mallorca tuviera que pronunciarse. El máximo goleador rojillo, que no tiene prisa por salir de la Isla, tampoco está muy dispuesto a cambiar la Liga española por otra competición de rango menor y prefiere marcar bien los pasos de su evolución, concediéndole prioridad al plano futbolístico.

El interés del conjunto marsellés, campeón de Europa en el año 1993, se une al de otros clubes importantes que han ido siguiendo sus movimientos a raíz de la explosión que ha experimentado desde que aterrizara en el ONO Estadi. De hecho, una destacada página web italiana especializada en los movimientos del mercado asegura que Juventus y Chelsea le incluyen ya en su agenda de futuro y que podrían realizar una ofensiva para adquirir sus servicios a corto y medio plazo.

Jankovic nunca ha ocultado que fichó por el Mallorca porque le parecía un lugar perfecto para completar su formación y dar posteriormente el salto a uno de los grandes. En este sentido, el internacional serbio sólo contempla la posibilidad de recalar en equipos como Valencia o Atlético de Madrid, aunque otro de los sueños de su vida es jugar algún día en la Premier League inglesa. Para ello precisaría un permiso de trabajo que obtendrá cuando cumpla dos años de servicio a la selección de su país y como todavía no ha cubierto ese plazo no quiere precipitarse. Prefiere continuar Palma, convencer a Manzano de que puede estar muchos más minutos sobre el terreno de juego y seguir subiendo escalones.