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Efe|MADRID
Las reglas numéricas lo dicen, nunca resultan infalibles, pero marcan una tendencia de la que el Barcelona ahora no puede escapara porque, si vuelve a perder en cancha del Real Madrid, si cae en el segundo partido de la Final ACB (hoy a las 21:30 en La2) habrá dicho prácticamente adiós al título. El 1-0 en la final ha sido la antesala del campeonato para el ganador en veintiuna de las veintitrés finales disputadas (esta es la vigésimo cuarta). Es decir, en el 93 por ciento de las finales se ha llevado la Liga el dominador del primer encuentro. El montenegrino Dusko Ivanovic, entrenador del Barcelona, quitó hierro al dato minutos después de los dos últimos minutos de vértigo del primer choque: «eso es cosa de periodistas». Es lógico, es lo que tiene que decir, pero también, le guste o no, es el reflejo inapelable de la historia.

Que la estadística está para romperse es un hecho. Que sea sólo «cosa de periodistas» es otra cosa, una opinión que no cambia ni los resultados ni el palmarés. Porque los números están ahí por algo. Ahora bien, todavía no hay nada escrito en este noveno cruce por el título entre blancos y azulgrana salvo el 1-0. Lo que parece indiscutible es que el segundo choque aparece como cita de máxima tensión, sobre todo, para el Barcelona. Una nueva derrota en Vistalegre le dejaría moribundo a pesar la solidez que ha mostrado en el Palau Blaugrana. Levantar un 2-0 son palabras mayores.

La ventaja de contar con el factor cancha otorga un plus de favoritismo al Real Madrid después del 1-0 porque Vistalegre está siendo talismán para los blancos esta temporada. El equipo dirigido por Joan Plaza sólo ha perdido un par de partidos en su cancha esta campaña (Gran Canaria y DKV Joventut).