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Angel López|HOUSTON
Todo se cumplió como estaba previsto, los Spurs de San Antonio son la nueva dinastía de la NBA después de ganar el cuarto título de liga desde la temporada de 1999 y dejar en plena crisis deportiva a la mejor liga del mundo.

Los Spurs, con el alero Tim Duncan, el base francés Tony Parker, nombrado Jugador Más Valioso (MVP) y el escolta argentino Manu Ginóbili no dejaron ninguna duda de la superioridad mostrada ante los Cavaliers de Cleveland a los que barrieron por 4-0 en la serie al mejor de siete, tras el triunfo de ayer (83-82) en Cleveland.

Pero si los Spurs quieren darle valor al nuevo título conseguido tendrán que echar la mirada atrás para recordar la eliminatoria que tuvieron de semifinales de la Conferencia Oeste ante los Suns de Phoenix, que fue para muchos la gran final de la NBA anticipada y en la que el factor suerte y decisiones disciplinarias estuvieron de su lado.

El veterano alero Robert Horry, octavo jugador que ha logrado siete títulos de liga, pero el primero en la historia con tres equipos diferentes, fue el que con sus acciones antideportivas contribuyó para que los Suns quedasen eliminados cuando tenían todo a su favor para ganar la serie.