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Aparcados los experimentos con gaseosa, Gregorio Manzano recupera su mejor traje. Después de la derrota del pasado sábado en casa ante el Valencia, para el que Bailén apostó por el 4-2-3-1, el entrenador del Mallorca recurrirá de nuevo al 4-4-2, aonce de las victorias para tratar de asaltar San Mamés el próximo domingo y recuperar la senda de las victorias. Manzano ensayó ayer con el equipo tipo de las últimas jornadas.

Con la excepción hecha del sábado, cuando apostó por Basinas en detrimento de Víctor para contrarrestar el poder del Valencia, el mallorquinismo ha recitado de carrerilla un conjunto inicial plagado de éxito. Con Miquel Angel Moyà bajo los palos, Héctor, Ballesteros, Nunes y Fernando Navarro en defensa; Pereyra e Ibagaza en el centro del campo con Varela y Jonás en las orillas, Arango y Víctor en la vanguardia. Con este once, el Mallorca amarró la victoria en Balaídos ante el Celta (0-3), en el ONO Estadi frente a Osasuna (3-1) y contra el Racing en El Sardinero (0-2).

Las estadísticas respaldan a Manzano cuando éste emplea dos puntas. De hecho, el grupo rojillo ha ganado los seis últimos partidos que ha apostado por el 4-4-2. Su última derrota con este sistema data del pasado 11 de marzo, cuando cayó en su visita al campo del colista. La Real Sociedad tomó oxígeno al tumbar al Mallorca (3-1). Aquella tarde, debido a la sanción del portugués Nunes, Manzano apostó por una defensa inédita, con Varela y Dorado en los laterales, Ballesteros y Ramis en el eje de la zaga. En la media situó a Jonás y Jankovic en las orillas, con Pereyra y Caño Ibagaza en la sala de máquinas, Víctor y Arango en el ataque.