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Tolo Jaume
EDesafío Españo podría certificar hoy mismo su clasificación para las semifinales de la Copa Louis Vuitton si consigue una victoria o eVictory no consigue doblegar aOracle y aLuna Rossa. El cava ya está en frío y los focos dispuestos a señalar a los principales responsables de una embarcación que ha ido de menos a más. Sin embargo, uno de los artífices del buen tramo final de competición que está protagonizando el sindicato español es Pere Mas (Palma de Mallorca, 14-12-1974), que en la trascendental jornada del sábado ejerció de proa en su debut para convertirse en los ojos de Karol Jablonski en los triunfos sobre eMascalzone y eShosoloza. Jaime Arbones, conocido como el Libio, amaneció el sábado completamente descompuesto. Los nervios empezaron a circular en la base ante el doble reto de medirse a los potentes equipos italiano y sudafricano, pero era el momento de Pere Mas. Dos años y medio de entrenamiento para debutar sin apenas tiempo de reflexionar y muchas horas de paciente espera ante la gran oportunidad. El mallorquín recibió en seguida el respaldo de la familia que forma el equipo deDesafío Españo y no le tembló el pulso.

Pere Mas apenas tuvo tiempo para pensar en su debut, ya que la misma mañana de la competición supo que era su momento. No fue un problema y el mismo asegura que «llevaba algún tiempo sin navegar, pero he estado entrenando dos años y, salvo en los primeros cinco minutos que estaba un poco más disperso, las cosas fueron muy bien». No es fácil convivir con el ostracismo y hacerlo sin levantar la voz, pero para el mallorquín es la mejor manera de demostrar el buen ambiente de equipo que reina en la base deDesafío Españo.

Por fin Perico, como le conocen sus compañeros, se disponía a hacer lo que mejor sabe hacer. El proa es el acróbata del barco, el que se acerca hasta la parte más estrecha de la embarcación para ser los ojos del patrón. Trabaja con las velas, las escotas y el tangón además de subir al palo para solucionar cualquier problema que pueda plantearse. Desde la dificultad de maniobrar como si de un funambilista se tratara se encarga de decir lo que hay que hacer y también lo que hace el adversario. Ya ha vuelto al «banquillo». Sin malas caras a pesar de lo duro que es estar dos años y medio entrenando para apenas aparecer en la competición náutica más prestigiosa del planeta. El mallorquín tiene claro su rol en el equipo y respeta la táctica adoptada de no hacer rotaciones. «Prácticamente todas las embarcaciones han decidido no hacer muchas rotaciones. Es como un portero de fútbol: no se le puede cambiar cada jornada y si te toca estar a la espera tienes que esta preparado para salir en cualquier momento», analiza el mallorquín.