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Efe|MADRID
Las aspiraciones del Sevilla de prolongar su dominio en la Copa de la UEFA coincidirán en Glasgow, el próximo 16 de mayo, con la particular revancha del Espanyol, encaminado a conquistar el primer título europeo de su historia en la primera final que, por primera vez en esta competición, tendrá dos aspirantes españoles. Nunca antes una final de este torneo continental contó con un protagonismo pleno del fútbol de España. Los precedentes se encuentran cuando el torneo se denominó Copa de Ferias. Entonces, el Valencia y el Barcelona se midieron en 1962 y el Zaragoza jugó dos. Ganó al Valencia en la de 1964 y perdió contra el Barcelona en 1966. En los tiempos recientes, sólo el fútbol italiano y alemán habían disfrutado de una situación similar.

En la campaña 1979-80, el Borrussia Monchenglambach ganó por penaltis al Eintracht Fráncfort. Después, el dominio fue transalpino. Cuatro finales italianas: en la campaña 1989-90, el Juventus ganó al Fiorentina. Un año después, el Inter obtuvo el título a costa del Roma; En la de 1994-95 el Parma ganó la final a la Juventus; y en la 1997-1998 el Inter derrotó al Lazio. Ahora, el dominio ha llegado al fútbol español. Pase lo que pase en la capital de Escocia dentro de dos semanas, España sumará once títulos de la Copa de la UEFA, rompiendo el equilibrio existente hasta ahora, donde compartía hegemonía con Italia e Inglaterra, con una decena de trofeos cada uno. Sevilla y Espanyol protagonizarán, sin embargo, la primera final con dos protagonistas españoles. Nunca hasta ahora esta situación se había dado en el torneo, a pesar de la preponderancia tradicional de estos equipos por lograr el éxito.

El conjunto de Juande Ramos afronta el tramo final del curso pletórico en todas las competiciones. Aspirante a la Liga y la Copa pretende ampliar su historia continental. Y convertirse en otro de los equipos con dos coronas en esta competición. El último fue el Real Madrid, que ganó la Copa de la UEFA en 1985 y 1986. Antes Valencia y Barça obtuvieron el doblete consecutivo. Cuando el torneo aún se llamaba Copa de Ferias. El conjunto azulgrana, que posee tres títulos, ganó las dos primeras ediciones. En 1958 y 1959. Repitió en 1966. Para el Espanyol se trata de una ocasión histórica. Pero además una revancha particular. Glasgow significa la ocasión de borrar el maleficio de Leverkusen, en 1988, cuando el equipo entonces dirigido por Javier Clemente perdió por penaltis una final que llevaba encarrilada de Barcelona. Ganó 3-0 en Sarriá y cayó, por idéntico resultado, en Alemania. Los lanzamientos frustraron el sueño europeo del conjunto barcelonés.