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RICOH MANRESA 89
PALMA AQUA MÀGICA 79

RICOH MANRESA (20+22+24+23): Rafel Martínez (16), Javier Rodríguez (25), Joshua Asselin (21), Diego Sánchez (5) y Guillermo Rubio (11) -cinco inicial-. Sergio Llull (3), Rubén Elías (3), Nicolás Callahan (3), Óscar González (2), Miguel Feliu (0) y Juan Alberto Espil (0).

20 de 41 en tiros de dos; 7 de 20 en tiros de tres y 28 de 33 en tiros libres. 35 rebotes (23 defensivos). 22 faltas cometidas.

PALMA AQUA MÀGICA (15+17+24+23):Perico Sala (8), DeMarco Johnson (18), Pep Pacreu (1), Ray Tutt (15) y Chris Massie (4) -cinco inicial-. Sergio Ramos (2), Danny Lewis (17), Santi Toledo (0), Shalawn Miller (6) y Anderson Schutte (8).

16 de 37 en tiros de dos; 10 de 28 en tiros de tres yu 17 de 20 en tiros libres. 33 rebotes (21 defensivos). 29 faltas cometidas.

Àrbitros: Eduardo Castillo y Fraile. Eliminaron a Joshua Asselin, DeMarco Johnson y Perico Sala.

Joan Esteve|MANRESA

El Palma Aqua Mágica sigue en caída libre. El equipo mallorquín agravó su crisis en el desplazamiento al Nou Congost de Manresa y su acceso aplay off de ascenso vuelve a empinarse. El técnico Diego Tobalina, que se estrenaba al frente de los celestes en sustituición de Àngel Jareño, no fue el revulsivo esperado y los de Son Moix tendrán que aplicarse en el tramo final de campaña si no quieren completar un ejercicio decepcionante. Lo único positivo es que los palmesanos cuentan a su favor con ebasketaverage (89-79). No fue buen encuentro para los baleares, que tuvieron que ir en todo momento a remolque del Ricoh Manresa. El equipo local mostró desde el comienzo sus garras y le fue comiendo terreno a su invitado. Aún así, el Palma aguantó y cerró el primer parcial a una distancia asequible (20-15).

En el segundo cuarto las cosas se torcieron aún. El Manresa exprimió el potencial de sus hombres más decisivos y fue acumulando un botín que ya nadie le quitaría. La capacidad de los insular fue menguando y los catalanes aprovecharon el desconcierto de su oponente para dejar casi atada la victoria en el ecuador (42-32). A partir de ahí, los de Tobalina se movieron siempre en los mismos parámetros y recortar se convirtió en una tarea imposible. A eso ayudó también un pésimo arbitraje.