Jorge Lorenzo celebra la victoria en Jerez junto a la bandera con el lema `Lorenzo´s Land´. Foto: MARCELO DEL POZO

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Fernando Fernández (Jerez)
Con exhibiciones como la de Jerez, está claro que el título de 250 centímetros cúbicos tiene un único candidato sólido. El campeón del mundo demostró el por qué de su condición en una carrera apasionante, reñida, vibrante... Se agotan los argumentos para describir la última gesta de Jorge Lorenzo (Spains nº1 Aprilia), la que ya es recordada como una de las pruebas más intensas que el cuarto de litro ha vivido en los últimos tiempos.

Y lo fue porque la calidad y la ambición que derrochan sus protagonistas ha sabido poner en pie a la exigente afición española, que premió a los héroes de Jerez con una de las ovaciones más prolongadas de la larga historia del Gran Premio andaluz. Jorge ganó, convenció y supo sobreponerse a los problemas de neumáticos que le castigaron durante el primer tramo de la prueba y al pressing ejercido por el resto de implicados en la lucha por el cajón. El balear es más líder todavía del Campeonato, tiene más cerca retener la corona.

No sólo eso, sino que es el primer piloto que inicia su defensa con dos triunfos consecutivos tras Luca Cadalora (1992), el pionero para el motociclismo español, y además de sumar su décima victoria en 250 c.c., da un zarpazo a la general y reedita sus números del curso 2006. Por entonces, venció en Jerez y Qatar. El orden se ha invertido esta campaña, pero los puntos (50) y el nombre del líder (Jorge Lorenzo) y de sus perseguidores, son idénticos (Dovizioso, Barberá, De Angelis...), a excepción de un Bautista que se estrenó en un podio del cuarto de litro y completó el «doblete» nacional en el Gran Premio de España.