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Luis Aragonés, seleccionador español de fútbol, charló ayer más de veinte minutos con sus futbolistas en el inicio del entrenamiento del equipo nacional, apenas diez horas después de la victoria conseguida frente a Dinamarca en la fase de clasificación para la Eurocopa 2008 (2-1).

Pese al triunfo, decisivo para mantener la vida en la lucha por entrar en la próxima cita continental, el encuentro dejó descontento al técnico nacional, que lamentó en rueda de prensa los nervios de su equipo con 2-0 a favor, las constantes pérdidas de balón en la segunda parte y el error de marcaje en el 2-1.

Ayer por la mañana, en la primera sesión preparatoria del combinado español tras esa victoria, el seleccionador reunió a todos los futbolistas en un campo anexo al habitual de entrenamiento, donde charló durante más de veinte minutos ante la atenta mirada de los jugadores, en círculo en torno a Luis Aragonés.

Concluida la conversación con sus futbolistas, el técnico diseñó una suave sesión. Los titulares del duelo ante Dinamarca, por un lado, hicieron entrenamiento de recuperación a las órdenes de Jesús Paredes, preparador físico, mientras que los suplentes más Iker Casillas completaron algo más de trabajo con balón.

Los futbolistas de la selección española tuvieron libre hasta las 24.00 horas, cuando regresaron a la concentración del equipo, que quedó alojado en el Hotel Barajas, ya que hoy por la mañana tomarán rumbo a Palma, donde afrontarán el miércoles otro encuentro vital en la fase de clasificación frente a Islandia.

Allí también estará Carles Puyol. El defensa, baja por sanción en el pasado partido ante Dinamarca, está previsto que se reincorpore ayer al grupo, después de tener que abandonar la concentración el pasado viernes por el fallecimiento su abuelo.

Los jugadores también se mostraron autocríticos a pesar de la victoria. Fernando Morientes, que abrió el triunfo, reconoció ayer, tras la victoria de su equipo frente a Dinamarca por 2-1, que el gol danés «fue un despiste» e indicó que «se supo solventar ese incidente para ganar tres puntos importantes».

«El nerviosismo ha llegado después del gol suyo, en una jugada que la habíamos visto varias veces en el vídeo. Sabíamos que tenían jugadores potentes en el saque aéreo y a partir de ahí ha llegado el nerviosismo. Un 2-1 nos daba la tranquilidad de que teníamos los tres puntos, pero no queríamos ir hacia arriba para no dejar a los de atrás solos y que nos marcasen otro gol», dijo.

También añadió: «Los diez primeros minutos hemos empezado un poco dubitativos pero creo que todos teníamos la lección aprendida de que antes de meter el segundo hay que meter el primero siempre. Ha dejado muy claro eso y la primera parte ha quedado bien».