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Un póker sobre el césped y el comodín en el banquillo. El Mallorca se mide a una porción de su pasado más reciente. Ningún otro equipo de la Liga reúne a tantos ex mallorquinistas como el Espanyol. Rufete, Luis García, Pandiani, Albert Riera y Ernesto Valverde -que obtuvo el carné de entrenador en la Isla- enterrarán mañana sus sentimientos. Ernesto Valverde Tejedor (Cáceres, 1964), el jefe del banquillo blanquiazul, militó en el Real Mallorca en 1996, con 32 años y el equipo anclado en la Segunda División. Posteriormente, estudió en las aulas de la Escuela Balear de Entrenadores. Conocido como Txingurri, palabra vasca que en su traducción al castellano significa hormiga, trabajó sin prisa, pero sin pausa en ese curso. Durante esa campaña, mientras sus compañeros mataban el tiempo en las terrazas o el sofá, él hincó los codos para labrarse un futuro como entrenador. Valverde aprobó a la segunda oportunidad el carnet de nivel II, que permite entrenar desde Regional hasta Tercera División.

Entre los compañeros de «quinta» del actual entrenador del Athletic figuran Toni Cazorla, hoy en el Mallorca B, Jaume Mut, Angel Pedraza, Tolo Ramón o Gaspar Sastre, entre otros. Después de aprobar el carnet regional, decidió colgar las botas y regresar a Bilbao para obtener el carnet nacional. Sus primeras pinceladas desde un banquillo las dibujó en las categorías inferiores del Athletic de Bilbao hasta llegar, en el veranod e 2003, a la cúspide. De los jugadores, Albert Riera (Manacor, 1982) es el único mallorquín. Formado en la cantera del Olimpic de Manacor, recaló en el Mallorca en plena adolescencia. Vivió una convocatoria de la Copa de la UEFA, en Estambul, de la mano de Fernando Vázquez, aunque no llegó a debutar hasta la siguiente temporada, cuando Luis Aragonés le dio la alternativa en El Sardinero (2-1 ganó el Racing). Todavía no había cumplido los 19 años. Su consagración, sin embargo, llegó con Manzano. El técnico jienense apostó por él desde el inicio y Riera explotó tanto en la Liga como en la Copa del Rey. Ese verano, el Girondins de Burdeos abonó 800 millones de pesetas y Riera hizo las maletas. Tras dos campañas en Francia (4 goles en 53 partidos), regresó a la Liga para enrolarse en el Espanyol. Lotina, sin embargo, no le dio la confianza necesaria y a mitad de temporada emigró de nuevo, en esta ocasión al fútbol inglés, en concreto al Manchester City.

El cambio de técnico ha cambiado su rol y en el presente campeonato es uno de los indiscutibles para Valverde. De hecho, ha intervenido en 18 partidos, quince de ellos como titular, con un gol. El más lejano en el tiempo es Rufete (Benejúzar, 1976) El interior diestro alicantino pasó con más pena que gloria por el vestuario mallorquinista. De hecho, no llegó a disputar ni un partido en competición oficial, ya que Cúper le condenó la ostracismo. Una cesión al Málaga supuso su pase al Valencia, donde conquistó 2 Ligas, 1 Copa de la UEFA y 1 Supercopa Europea. También es habitual para Valverde en la banda derecha. Suma 20 partidos, diecinueve como titular, y un gol. Walter Pandiani (Montevideo, 1976) podía afrontar este duelo con la camiseta bermellona. Hace poco más de un año, el presidente Vicenç Grande intentó su fichaje. Incluso se desplazó hasta Birmingham para negociar su contratación. El Rifle, sin embargo, optó por rechazar la oferta y fichar por el Espanyol de cara a la segunda vuelta de la anterior campaña. Después de un año mediocre, Pandiani se está destapando, sobre todo en la Copa de la UEFA, competición en la que ya ha anotado ocho goles. Por el vestuario rojillo desfiló la temporada 2002-03, con Manzano en el banquillo, y sus goles resultaron determinantes para la conquista de la Copa del Rey. En el torneo de la regularidad suma 22 encuentros, aunque sólo tres como titular, y tres goles.