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La maldición ha vuelto a instalarse en la portería del Mallorca. Tras varios meses de debates, cambios de rumbo y relevos inesperados, Manzano vuelve a perder a su portero titular frente a uno de los tramos más peligrosos e imprevisibles del ejercicio. Miquel Àngel Moyà sufre un esguince en el hombro izquierdo que se produjo en el partido del pasado domingo y tendrá que pasar cuatro semanas en el dique seco antes de volver a vestirse de corto. El contratiempo abre una nueva puerta en los planes de futuro del Mallorca, que ha vuelto a plantearse la posibilidad de incorporar a un tercer guardameta antes de que descienda el telón de la temporada. En principio, el objetivo prioritario del club de cara al próximo mes de enero era el portero argentino de River Plate Germán Lux, pero los últimos acontecimientos podrían acelerar su llegada a España. En cualquier caso, la SAD balear se ha encontrado con duro competidor en la carrera por su fichaje, ya que el Beira Mar portugués que dirige Chichi Soler también pretende hacerse con sus servicios.

El interés del Mallorca por Lux no es ni mucho menos nuevo. El pasado mes de septiembre, el diario «Olé» desvelaba que la entidad presidida por Vicenç Grande había movido sus tentáculos para incorporar al prometedor cancerbero sudamericano, aunque ésta lo negó de forma categórica agarrándose a la dupla de porteros que habita ahora mismo en su plantilla. Ahora en cambio, el panorama ha cambiado de forma radical y cuando parecía que la operación iba a cristalizar a corto plazo (al parecer, River está dispuesto a facilitar su marcha), la intromisión del Beira Mar podría poner las cosas muy cuesta arriba o al menos, encarecer su fichaje.

El caso de Lux (Carcarañá, Santa Fe, 1982) es sorprendente. Llegó al River Plate en el año 1998 y desde entonces su evolución ha sido constante, ya que se instaló en la primera plantilla en 2001 y se ha ido ganando poco a poco el respeto de compañeros y adversarios a pesar de que sólo ha jugado poco más de cincuenta partidos de liga en las cinco últimas temporadas. Eso sí, cuenta ya en su historial con el Torneo Clausura de 2002 y el de 2004. Su gran aval probablemente haya sido su experiencia con la selección argentina, con la que se estrenó en el escalón de la sub 17 (1999). Después, vivió sus mayores momentos de gloria en 2001 tras proclamarse campeón del Mundo sub 20 y tras colgarse la medalla de oro en los Juegos de Atenas defendiendo el marco de la sub 23 (tampoco encajó ningún gol). Ya con la absoluta, fue el portero titular de la albiceleste en la última Copa de las Confederaciones y el pasado verano se quedó fuera de la lista del Mundial de Alemania en el último momento.