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Luis Miguel Pascual|LISBOA
Carlos Sainz cumplió con su cita con las etapas portuguesas del Dakar y tras el tercer puesto del sábado, logró una victoria en una especial más típica de Europa, un triunfo que tiene la contrapartida de obligarle a abrir hoy la ruta en la primera etapa africana del raid. Entre Portimao y Málaga, el Touareg del madrileño aventajó a los Montero de Nani Roma y Luc Alphand, tercero y primero del año pasado, que sin correr excesivos riesgos rompieron el monopolio de Volkswagen en la primera etapa.

Sainz puso rumbo a Málaga, donde termina la etapa antes de embarcar con destino a Marruecos, con un botín menos precioso que el logrado el año pasado. El español, además, no lidera la general, que ha conservado por 45 segundos el luso Carlos Sousa. Los 67 kilómetros cronometrados, disputados todos ellos en territorio luso, estuvieron marcados por un terreno duro y cambiante, que la humedad de la niebla convirtió en una pista de patinaje para los participantes obligados a negociar con prudencia y habilidad cada curva.

Sainz se encontró ahí con un terreno abonado para su condición de velocista e impuso su ley en algo menos de una hora (59:26), 29 segundos menos que el tiempo marcado por Roma y Alphand. La cruz de la moneda de la jornada para Sainz puede vivirse hoy, porque el español abrirá el camino de la tercera etapa, lo que dará un trabajo suplementario a su copiloto para encontrar la buena ruta que le lleve a Er Rachidia.