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Fernando Fernández
Treinta años de vida han servido para que el Palau d'Esports de Palma, Son Moix, se haya convertido en todo un referente dentro del mapa urbano de Ciutat y para el deporte internacional. Escenario de eventos de todo calibre y rango, vio finalizadas sus costosas obras el 17 de septiembre de 1976, cuando fue inaugurado con los máximos honores tras necesitarse 800 toneladas de acero y cinco millones de kilos de cemento para alzar el marco que mañana está de aniversario.

Las primeras autoridades de la Comunitat, encabezadas por el Capitán General de la Región, Emilio de la Cierva, quien en nombre del Rey, dio luz a la instalación. Era por entonces alcalde de Palma Paulino Buchens, quien ofreció el nuevo Son Moix a todos los deportistas. Juan Ordinas fue el primer director de un complejo que contaba con un campo de fútbol en sus exteriores, una pista de atletismo y un flamante pabellón cubierto que presumía de una de las piscinas de distancia olímpica más modernas de todo el país.

Son Moix se levantaba sobre unos terrenos de los que se tiene documentación desde el siglo XVII, con una superfície de 32 hectáreas y que fueron divididos en 1689 en dos porciones. El Palau fue a edificarse sobre Son Moix Blanc. Los fastos para dar la bienvenida a la nueva instalación se prolongaron por espacio de cuatro días.