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Horas. Es lo que le queda al Mallorca para replantearse su política de fichajes y valorar la posibilidad de ir más allá en el proceso de reforma de su plantilla. La entidad que preside Vicenç Grande apura los instantes previos al cierre del primer plazo de inscripción de futbolistas con el vestuario casi completo, pero tiene hasta la medianoche de hoy para rastrear los rincones más ocultos del mercado y encontrar alguna ganga de última hora que mejore sus prestaciones. La sociedad anónima deportiva da por abrochado el plantel con la llegada de Ibagaza y aunque va estar muy pendiente de lo que ocurra con determinados jugadores hasta que el bazar baje la persiana, no se prevén incorporaciones galácticas ni movimientos sobre la campana. A diferencia de lo que venía sucediendo otros veranos, el Mallorca ha alterado sus planes y ha reforzado los muros de su caseta siguiendo un modelo muy diferente al que le había servido de inspiración durante las últimas temporadas: más calidad, menos cantidad. De hecho, desde la consecución de la Copa el club no había vivido un estío tan relajado en los despachos como el actual, aunque curiosamente, ninguno de ellos había despertado la expectación que ha generado el equipo bermellón en su versión 2006-07.

El Mallorca ha sido muy directo a la hora de hurgar en el mercado. Se ha reforzado teniendo siempre muy presentes una serie de parámetros y casi todas sus contrataciones se han adecuado fielmente a ese tratado de intenciones. En total, sólo habrá siete caras nuevas en la foto oficial de la temporada y todas ellas vienen para satisfacer los deseos y necesidades del cuerpo técnico. Así, han llegado Fernando Varela (Betis), Maxi López (Barcelona), Javier Dorado (Sporting), Héctor Berenguel (Deportivo), Ariel Ibagaza (Atlético de Madrid), Jordi López (Sevilla) y Bosko Jankovic (Estrella Roja), aunque la inversión en concepto de traspasos ha sido mínima porque el club sólo ha tenido que pagar para hacerse con los servicios de los dos últimos y eso no le ha supuesto más de 3,5 millones de euros. El resto en cambio, han recalado en Ciutat con la carta de libertad en el bolsillo o a través de una cesión, como en el caso de Maxi, que a su vez será el único futbolista que juegue a préstamo en el ONO Estadi. Esa fórmula, que antaño era una de las más utilizadas para reforzarse, también ha sido desechada por el consejo de administración insular, que se ha decantado por otros caminos para alcanzar la meta que se ha propuesto.

En el capítulo de bajas tampoco se esperan sorpresas para el tiempo de descuento, pese a que durante los últimos días se había especulado con la posibilidad de que el Betis abonara ante la Liga de Fútbol Profesional (LFP) la cláusula de rescisión de Juan Arango. El club helipolitano acaba de llenar sus arcas gracias al traspaso de Joaquín al Valencia (25 millones de euros), pero la reciente renovación del centrocampista venezolano ha complicado de forma evidente la operación, ya que el precio de su salida se eleva ahora a 18 millones de euros.