Rafael Nadal celebra su victoria en cuartos ante Jarkko Nieminen. Foto: DARREN STAPLES

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Antes de empezar Wimbledon, la gente pensaba que Rafael Nadal tenía alergia a la hierba. Hoy (segundo turno de la pista central, alrededor de las 16.00 horas), el tenista mallorquín afronta su penúltimo escollo para coronarse en el All England Club. Después de eliminar a Jarkko Nieminen (6-3, 6-4 y 6-4 en dos horas y quince minutos) y de sumar el tercer partido sin ceder su servicio, el jugador balear avanzó hasta las semifinales donde le espera el chipriota Marcos Baghdatis. Hacía 34 años que un español (Manuel Orantes) no alcanzaba esta ronda. Tal vez haya llegado el momento de tomar el relevo de Manolo Santana. El inicio del partido fue una locura. Rafael Nadal, que no había pasado el menor apuro para ganar su saque en los dos últimos encuentros, tuvo problemas para ganar sus dos primeros servicios, pese a haber acumulado ya dos aces. Pero Jarkko Nieminen todavía tenía más dificultades. En el cuarto juego (2-1) dejó que el mallorquín se colocara con una pelota de break (30-40) y le terminó costando el set. Porque en su intento de presionar a Nadal se fue a la red con una pelota demasiado blanda y el balear le colocó un gran passing de derecha cruzado (3-1 y saque).

Jarkko Nieminen aguantaba bien el intercambio, pero en esta parcela, incluso sobre hierba, Rafael Nadal es muy superior al resto (4-1). El finlandés conseguía sobrevivir en los juegos en los que tenía el servicio -levantó dos pelotas de break en el sexto juego (4-2)- pero no tenía la más mínima opción al resto -Nadal ganó en blanco su siguiente saque (5-2)-. Como era previsible, el primer parcial se murió en cuanto el mallorquín sacó para ganarlo (6-3). Rafael Nadal regresó a la pista dispuesto a decidir el segundo parcial de inmediato, incluso llegó a tener una pelota de break en el juego inicial, pero Nieminen se sacó una gran derecha paralela (0-1), y lo que se encontró fue un problema enorme. Porque el finlandés disfrutó de una oportunidad en el segundo juego para romper el servicio del mallorquín. Por primera vez en tres partidos, Nadal tenía que superar una pelota de break. Y lo hizo como acostumbra a afrontar las situaciones comprometidas: con mucha valentía. Sacó bien, dominó el punto de derecha y resolvió en la red (1-1).

Los intercambios desde el fondo de la pista eran cada vez más largos para sorpresa del público inglés. Las hostilidades se tomaron un paréntesis hasta el noveno juego (4-4). En el momento donde se decide el set Nadal volvió a exprimir sus virtudes y Nieminen quiso forzar demasiado su servicio cayendo en una doble falta que ponía el parcial franco para el manacorí (5-4 y saque). Y no falló. El finlandés jugaba bien, pero Nadal respondía a los momentos delicados sacándose un as de la manga. El manacorí rompió el servicio de Nieminen (4-3 y saque) y mantuvo el suyo con la seguridad exhibida a lo largo de todo el torneo hasta adjudicarse una tercera manga que le coloca en las semifinales.