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Yoshito Okubo podría salir de la cueva este mismo fin de semana. Los problemas ofensivos del Mallorca han hecho que Manzano piense en el japonés como una posible solución a la crisis y el delantero está listo para acudir al rescate del equipo en el tramo más comprometido del campeonato. El ariete nipón, que tuvo un papel protagonista en la culminación del milagro del curso pasado, se perfila como la gran novedad del once rojillo de cara al decisivo partido del domingo en el Calderón, donde llevaría el peso ofensivo del plantel en compañía del venezolano Juan Arango.

Gregorio Manzano no está dispuesto a que su grupo siga desperdiciando más munición de la necesaria y va a mover otra vez sus piezas con la intención de dinamizar un ataque que en las últimas semanas se ha mostrado inoperante. Teniendo en cuenta la baja por sanción de Víctor Casadesús y la sequía que persigue a Leo Pisculichi, el de Bailén planea alinear por primera vez de inicio a Okubo y utilizar su velocidad para perforar la defensa del Atlético de Madrid. Hasta ahora, el atacante había sido siempre la tercera o la cuarta opción del andaluz para completar la delantera, pero ahora su presencia puede ampliar el catálogo de recursos del plantel y eso abre una nueva puerta a la esperanza.

Y es que aunque en la Isla no ha tenido la continuidad necesaria para demostrarlo, Okubo se ha especializado en las situaciones límite. Justo antes de recalar en el Mallorca, el delantero japonés se vio implicado en una agria pelea por mantener la categoría con el Cerezo Osaka que se saldó con final feliz. De hecho, él mismo anotó dos tantos en el último encuentro del campeonato que catapultaron su pase al club balear y que le permitieron acceder al fútbol europeo por la puerta grande.