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Emilio López Verdú
El jugador del Real Mallorca Jonás Gutiérrez fue condenado ayer por un juzgado de Palma a pagar una multa de 300 euros por unos incidentes ocurridos el pasado jueves en el aeropuerto de Son Sant Joan. Sobre las 16.00 horas, Jonás se encontraba en la zona de llegadas junto a su hermano Agustín y el también mallorquinista Leonardo Pisculichi, con la intención de recoger a un amigo. En un control rutinario, dos policías les pidieron la documentación. Según uno de los agentes, Agustín «se puso nervioso» y le amenazó levantando un puño. El policía respondió sacando su defensa, aunque finalmente los ánimos se calmaron y Agustín accedió a mostrarles una carta de identidad argentina. Como esta documentación no sirve para comprobar si su estancia en España es legal, les pidieron que les acompañaran a comisaría. De camino, Jonás se encaró con los agentes, a los que dijo «no sabéis con quién estáis hablando, os váis a enterar». Cuando el policía le preguntó si le estaba amenazando, Jonás dijo que sí.

Ya en dependencias policiales, el encargado de escribir el atestado se quejó de la actitud «chulesca» de los dos hermanos, quienes «no querían firmar el acta».

Poco tiempo después llegó la madre de los hermanos Gutiérrez con sus pasaportes, que acreditan su nacionalidad italiana. Los policías, una vez resuelto el malentendido, les informaron de que les habían denunciado por amenazas e insultos. Acto seguido les dejaron marchar, e incluso hubo «un tono cordial», según explicaron los policías en el juicio. Además, todos coincidieron en señalar que el tercer implicado, Pisculichi, mostró siempre una actitud tranquila.

El fallo, dictado in voce tras la celebración del juicio, condena a Jonás Gutiérrez a pagar una multa de 300 euros por una falta contra el orden público, mientras que su hermano deberá abonar 45 euros.